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EN POCAS PALABRAS

Más sobre el bitcoin

Dedicado a Kadir González, experto del Banco Central en economía de servicios.

No tenía intención de escribir otra columna por ahora de este tema del bitcoin, moneda virtual lanzada al mercado en el 2009 por el ciudadano holandés Wladimir van Der Laan, que a juzgar por gentes que he hablado o me han dicho que le ha llamado mucho la atención la aparición de esta moneda virtual que ha cobrado un auge inusitado en determinadas economías como China, Japón, Corea del Sur y otras del sudeste asiático. También en los Estados Unidos, esta misma criptomoneda ha venido atesorando una relativa y gradual presencia en el Internet. Aquí en el país, el cotidiano Listín Diario, ha reportado la existencia de máquinas electrónicas públicas donde se utiliza el bitcoin para transacciones monetarias virtuales. En Internet se usa la red P2P para los entendidos en este tipo de tecnologías. Decía en esta columna del pasado viernes, que en los Estados Unidos ya había instituciones donde el bitcoin era aceptado por los inversionistas y que muchas de sus transacciones se realizan en los llamados OTC, que inglés significa “over the counter”, o sea operaciones libres sobre la mesa o dicho simplemente a través del mercado extra bursátil. Los contratos vía OTC son acuerdos bilaterales entre las partes, o sea entre un jugador A y otro jugador B. Estos jugadores bursátiles se ponen de acuerdo para ver cuáles serían las modalidades de pagos o redención de una determinada transacción. Los instrumentos que con frecuencia se negocian son los bonos, acciones de bolsa, materias primas, derivados de crédito y otros instrumentos financieros bursátiles. Se estima que el mercado global del bitcoin es de unos 42,000 millones de dólares. China encabeza la lista de usuarios, seguido por Japón y Corea del Sur. Las transacciones del bitcoin se validan mediante firmas criptográficas. En el bitcoin existen varios principios básicos que merecen ser conocidos. Estos son: 1) Las transacciones no pueden exceder del límite de 21 millones de unidades de bitcoin; 2) Nadie puede prohibir ni censurar transacciones válidas; 3) El código abierto de estas transacciones debe ser accesible para todo el mundo; 4) A nadie se le puede impedir su participación en la red; 5) No se requiere ser identificado para participar en la red del bitcoin; 6) Cada unidad es intercambiable, o sea, es libre de cambiarse por cualquier otra moneda; y 7) Las transacciones confirmadas no pueden ser modificadas ni eliminadas. De modo pues, que estamos frente a un fenómeno de monetarismo virtual que ya es aceptado - con ciertos riesgos - por grandes economías mundiales como las que hemos mencionado.

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