HALLAZGO

El ADN revela secretos de los primeros guerreros Alemanni medievales

En 1962, se descubrió en Niederstotzingen (Alemania) un sitio de entierro de Alemanni que contenía restos esqueléticos humanos. El examen de su ADN ha revelado secretos de estos guerreros medievales.

Los resultados han sido publicados en Science Advances por investigadores del Centro de Investigación Eurac en Bolzano, Italia, y del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, en Jena, Alemania.

Han podido determinar no solo el sexo y el grado de parentesco de esas personas, sino también sus orígenes ancestrales, que proporcionan nuevos conocimientos sobre las estructuras sociales en la Alta Edad Media. Los resultados de este estudio demuestran que la investigación genética puede complementar la investigación realizada por arqueólogos y antropólogos a través de métodos más convencionales.

Los arqueólogos recuperaron trece esqueletos humanos, los restos de tres caballos y algunos objetos funerarios excelentemente conservados de diverso origen. Este entierro, que se descubrió cerca de una calzada romana no lejos de Ulm, se considera una de las tumbas alemanas más importantes de Alemania. El sitio consta de tumbas individuales y múltiples, a partir de las cuales se planteó la hipótesis de que las personas no habían sido enterradas al mismo tiempo. Científicos de genética molecular ahora han sacado nuevos detalles a la luz sobre los individuos y su lugar de descanso final en este entierro de alto rango tipo guerrero.

Usando análisis de ADN, los investigadores pudieron reconstruir el parentesco materno y paterno. Sobre la base de muestras de dientes, los científicos consiguieron determinar que cinco de los individuos eran parientes de primer o segundo grado. Además, los difuntos mostraron una variedad de patrones de origen genético, lo que indica raíces mediterráneas y del norte de Europa.

"Estos resultados prueban la existencia de notables contactos transregionales. El hecho de que fueron enterrados juntos también indica un vínculo entre las familias y su séquito que fue más allá de la muerte", explica Niall O'Sullivan, quien hizo su doctorado en 'Eurac Research' y llevó a cabo algunos de los análisis en el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana en Jena.

APERTURA CULTURAL DE ESTOS GUERREROS

En este contexto, los objetos funerarios, con los cuales se adornaron las múltiples tumbas, que son de origen franco, lombardo y bizantino, también son muy interesantes. Su origen diverso en combinación con los nuevos datos genéticos indica una apertura cultural y demuestra cómo los miembros de la misma familia fueron receptivos a diferentes culturas.

Además del análisis de parentesco, los investigadores también determinaron el sexo de los individuos mediante pruebas moleculares. Uno de los esqueletos tenía un físico grácil y, por lo tanto, no se podía clasificar claramente como masculino o femenino. "Los antropólogos determinan el sexo de los restos óseos mediante el uso de características físicas específicas, pero si faltan los huesos de ciertas áreas corporales, esto dificultará la determinación de género", explica Frank Maixner, microbiólogo del Instituto de Momias y Hombre de Hielo de 'Eurac Research'.

Y continúa: "Los análisis de ADN abren nuevos caminos en este sentido y, en este caso específico, pudimos identificar molecularmente al individuo joven como varón y, por lo tanto, excluimos la posibilidad de que estuviéramos lidiando con una guerrera de principios de la Edad Media".

Los avances considerables que se han realizado en genética molecular en los últimos años permiten que se vuelvan a plantear preguntas sin respuesta y que se agreguen hallazgos históricos y arqueológicos. "Esta investigación sobre el sitio de enterramiento en Niederstotzingen es un ejemplo de libro de texto sobre cómo podemos apoyar a los arqueólogos y antropólogos con nuevos métodos, con el fin de profundizar en las preguntas sin respuesta en un contexto regional", concluye Maixner.