VOCACIÓN

Voluntariado: el sacrificio de servir

Con sus uniformes color naranja, cascos protectores y botas se preparan para la jornada. Sin importar la hora y la distancia, o si es Nochebuena o Navidad, tomaron la decisión de servir voluntariamente al país, haciendo el mayor sacrificio: dejar a sus familias para salvar a otros.

Los voluntarios de la Defensa Civil están lejos de casa durante las festividades, en los tiempos de emergencias y en cualquier hora del día que ocurra algún evento y que puedan necesitarles.

“Estoy orgullosa, porque sé que hace su labor con excelencia, a pesar del sacrificio”, dice Estefanía Santos, esposa de Carlos Alberto Mora, uno de los más de 14,000 hombres que trabajan en la labor de rescate y prevención.

Lo que lamenta Estafanie es que el trabajo de los miembros de la Defensa Civil es muy poco valorado. Afirma que las personas ven a los voluntarios en las calles con banderas en manos tratando de prevenir accidentes de tránsito o en caso de huracanes evitando tragedias por inundaciones, restando importancia a su trabajo.

“Ellos dejan a sus familias para cuidar a otros, y esa acción debe de ser valorada”, apunta, mientras recuerda que los días de Nochebuena junto a su esposo han sido pocos.

Dice que hay ocasiones en que se entristece, pero entiende el trabajo de su esposo, quien inició en el organismo de protección civil a los 16 años como voluntario y que hoy es uno de los coordinadores de brigada que trabajan en los puestos de socorro.

“Él ha sacrificado tanto. Es un hombre fuerte, no sé cómo es que aguanta tanto”, dice del hombre con quien ha compartido siete años de su vida.

Pasión por servir

Los miembros de la Defensa Civil, más que beneficios salariales, realizan en su mayoría una labor voluntaria. Tienen seguros de vida y de salud, además son capacitados a través de cursos que los forman en las labores preventivas y de rescate.

Carlos Alberto Mora y Victor Manuel Carmona afirman que a pesar del sacrificio de no tener el tiempo para estar con sus familiares, la vocación de servir al país y a la institución a la que pertenecen les da las fuerzas para continuar días tras días.

Han estado lejos de casa hasta dos meses cuando han ocurrido inundaciones a causa de huracanes o como una de las tragedias más recordadas, el terremoto en Haití.

“Hay algo que nosotros no debemos comprometer mucho y para mí ha sido lo más difícil, que es dejar mi familia para prestar servicio a los demás, creo que eso no tiene precio y ha sido lo que me ha dado momentos de reflexión y pensar en ello”, cuenta Carlos, de 37 años de edad y con 22 años de servicio en el organismo.

Esas reflexiones se dan al pensar en su hija de 12 años, esposa y padres, con quienes en muchos años no comparte festividades.

“A veces la defensa civil lo enfocan en operativos de inundaciones, pero no, nosotros trabajamos todo el año completo”, afirmó.

Recuerda que comenzó como voluntario en el sector Holguín, en Santo Domingo Este, motivado por su deseo de servir.

“Es algo complejo, dejar la familia; porque en algunos casos hay malos ratos, algunas veces estoy en familia y me llaman y tengo que partir, pero se sienten orgullosos porque ven que me empeño de hacer mi trabajo como lo manda la institución y el país”, dice mientras muestra una taza que le regaló su esposa con el mensaje: “mi rescatista favorito”.

Dice que aunque su labor no le provee los recursos suficientes, confía en Dios en todo tiempo y nunca le ha faltado nada, a pesar de que como todo ser humano tiene momentos difíciles.

Victor Manuel Carmona inició su voluntariado a la edad de ocho años, hoy como técnico en rescate y apenas 18, reafirma que ha sido su mejor decisión.

Motivado por uno de sus hermanos, quien también fue voluntario, dice que lo difícil es el tiempo, pero que su familia ha comprendido su vocación de servicio.

Cuenta que su madre, quién lo crió sola, debido a que su padre falleció cuando era muy pequeño, ve con agrado su decisión, porque creció en un sector de Herrera, en donde la juventud está sumergida en los vicios y la delincuencia.

“Ver que uno se enfoca en algo serio y que puede salir a delante hace que ella vea bien mi labor, aunque a veces se preocupe cuando estoy fuera en alguna emergencia” explica.

La Defensa Civil es el organismo de primera respuesta de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), que se encarga de manejar los albergues y de acompañar a la población ante cualquier eventualidad.

Cuenta entre activos y pasivos con 14,000 voluntarios, de los cuales se pueden integrar en un operativo unos 8,000.

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