VIDA VERDE

Manuel Peralta Ureña: un montero de corazón

En el país, dice el explorador dominicano, “siempre aparecen lugares nuevos por descubrir, parecen infinitos...”

Manuel Peralta Ureña, explorador dominicano.

Manuel Peralta Ureña, explorador dominicano.

Manuel Peralta Ureña ha dedicado los últimos 25 años de su vida a explorar los montes dominicanos. Ha creado rutas y mostrado al público por primera vez charcos, cascadas, cañones y laderas de montañas.

Lo hace de forma discreta, sin ufanarse, tal vez sin darse cuenta de lo mucho que representan sus exploraciones para los amantes del senderismo y el turismo sostenible en República Dominicana. Caminante incansable, es un montero auténtico, respetuoso del medio ambiente y defensor de las modestas comunidades que acogen y dan asistencia a los viajeros. Ha visto ‘desaparecer’ paisajes verdes y secarse ríos. Esto le duele tanto que está dispuesto a mostrar a las autoridades ambientales zonas depredadas en rutas poco transitadas para que sean intervenidas. Hoy comparte con Listín Diario algunas impresiones sobre ese estilo de vida que comenzó con las excursiones de la iglesia y que hoy le han reservado un lugar especial entre los monteros locales. ¿Qué lugares visitaban en esas primeras excursiones?

En esos primeros tiempos, por el año 1997, empecé a visitar Salto El Limón, el balneario La Fuente (en Sánchez), el Parque Nacional Los Haitises y la Laguna Gri-grí, entre otros.

¿Cuántas veces has subido al pico Duarte?

Mi primera vez fue en enero del 2000, luego todos los años he seguido visitándolo sin fallar, a veces con dos subidas en un mes; en el recién pasado año 2022 dos veces entrando por la ruta Mataqrande. Realmente no llevo el conteo.

¿Qué lugar del país, al verlo por primera vez, casi te provoca el síndrome de Stendhal? (Sobredosis de belleza).

Esa primera impresión recuerdo que la tuve uniendo el Sur con El Cibao, subiendo hacia La Comunidad El Higuero, al ver desde arriba la presa de Sabaneta y sus paisajes circundantes.

¿Cuál ha sido la ruta más compleja? ¿La más cansona? ¿La más larga?

La ruta más larga fue la de unir el Sur con el Norte, empezando en la comunidad La Higuera (SJM), pasando por la caseta La Cruz del Negro (SJM), la comunidad Francisco José (Santiago Rodríguez), Loma Florentino (llamada por algunos Loma La Hojaldra), la ladera de loma Nalga de Maco, Burende Arriba y finalmente la comunidad El Naranjito, en Santiago Rodríguez, distante a 21 kilómetros de Villa Los Almácigos. Fueron 54 kilómetros caminados en dos días sin descanso. Esta ruta nos tomó cuatro días. Actualmente tengo otra ruta más corta para unir estas dos zonas, atravesando el Parque Armando Bermúdez, de unos 31.5 kilómetros, saliendo por la comunidad de La Lomita (tres días).

¿Has visto alguna vez cerdos cimarrones?

Hace varios años, en los alrededores de La Compartición, pude ver uno pequeño. Los guías pudieron atraparlo. Tremendo locrio, ¡je je!

¿Por qué sueles bañarte en los ríos en medias? Hay lugares que recomiendo bañarse en medias gruesas, se resbala menos entre las piedras y el pie se protege mejor.

¿Qué sientes cuando “descubres” una ruta y luego esta se convierte en una excursión de moda?

En mi interior siento satisfacción porque me gusta que los demás conozcan lugares nuevos. Aún hay rutas poco visitadas, bonitas y con suficiente agua.

¿Qué objetos no deben faltar en la mochila de un explorador?

Un encendedor, un botiquín, foco, cuchillo, casa de campaña pequeña, calzado adicional, cantimplora, bolsa de dormir, plato y cuchara, capa impermeable…

¿Te has perdido monteando?

Una vez y por poco tiempo, hoy en día las aplicaciones tecnológicas ayudan bastante para guiarse.

¿Cómo garantizas la seguridad de las personas que viajan contigo?

Cuando llevo grupos suelo incluir un paramédico, además de llevarme un botiquín, también un animal de silla de emergencia en los casos de caminatas, y chalecos en las zonas de balnearios.

¿Qué les pedirías a las autoridades con relación al turismo de aventura? ¿Qué hace falta mejorar?

Hoy en día les pediría incrementar casetas de guardaparques en algunas montañas, equipadas y con sistema de radio, y atenciones que motiven a los guardas al cuidado de las mismas y de sus bosques; estar atentos a cualquier signo de humo que puedan ver desde ellas, que haya un helicóptero u autoridad en la zona con el fin de atender la llamada de alerta a tiempo, y así evitar a tiempo incendios forestales por la práctica de los conucos. Además, reuniones con los moradores a fin de concientizarlos sobre la importancia de nuestros ríos y sus cuidados.

¿Has notado degradación de los bosques dominicanos en los últimos años?

Claro, lo he notado bastante. Siento mucha pena al ver varias lomas peladas donde solo queda la marca del lugar por donde pasaba un arroyo o un río. Yo estaría en disposición de mostrar zonas con depredaciones por rutas poco transitadas en las que puede verse fácilmente la práctica del conuco cerca de ríos y arroyos. ¿Cuál ha sido el paisaje dominicano que más ha cambiado en estos últimos 20 años?

Uno de los paisajes afectados que puedo mencionar es en la ruta de unir Neyba con San Juan, dentro del parque Sierra de Neyba. Esta zona debería estar llena de árboles y pinos. Hoy en día está muy deforestada, no veo que estén al cuidado de ella.

¿Qué lugar del país te falta por conocer?

La zona que menos he visitado es el Este. Aunque he visitado varios lugares en esa zona, me faltan algunos.

¿Qué excursión les recomendarías a familias con niños que montean por primera vez?

Les recomendaría excursiones de pocas caminatas desde el transporte al lugar de la acampada y que las caminatas alrededor no conlleven lomas, y si la tienen sean cortas, de pendientes suaves. Conozco lugares que pueden ir en familias conllevando un mínimo de esfuerzo.

¿Cómo es un montero de corazón?

La misma palabra lo dice, una persona que le sale desde adentro de su corazón caminar entre bosques y montañas como si fuera su medicina.

¿Alguna anécdota que quisieras compartirnos?

Tengo varias, una de ellas es cuando estuve explorando el río Nizao. No sabía que eran tantos charcos y tan largos. Pues hubo un momento en que, nadando, sentí la mochila pesada. Le dije a mi compañero “oye: pero esta mochila no debería pesar tanto, ya que es impermeable”. Fui a revisar para sacar el celular y para sorpresa estaba todo empapado de agua, le había entrado agua, no sé cómo, por eso me pesaba tanto. Fueron 8 kilómetros entre nados y caminatas por piedras, imagínate… Pensar después en devolvernos… ¡Uffff! También en Loma La Totuma, dentro de la Reserva Científica Quita Espuela, una vez nos dieron las 12 de la noche dentro de la loma. Ya algunos participantes decían: mejor amanezcamos aquí. Nos tomó la noche al empezar viendo otro destino y los visitantes dilatarse tomando fotos. Finalmente, ese día pudimos salir a los vehículos a la 1 de la mañana. Nos fuimos al lugar donde dormiríamos para acostamos a las 4:00 a. m. a descansar. Después de ese viaje volvimos y llegamos a las 7:00 p. m., todo diferente. Debo decirte que siempre aparecen lugares nuevos por descubrir, parecen infinitos...

DE INTERÉS Manuel Peralta no lleva el conteo de las veces que ha alcanzado la cima del pico Duarte. Lo encuentran en Instagram como @monterodecorazon