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ENCUENTRO VERDE

Kate Wallace: “Me quedé en República Dominicana por las aves”

La ornitóloga estadounidense, que promueve desde 1997 el estudio, la conservación y el avistamiento de aves en República Dominicana, dice que estas “son un indicador de la salud del ecosistema”.

Kate es pionera en el establecimiento de recorridos permanentes de avistamiento de aves fuera de Santo Domingo. ©TodyTours

Kate es pionera en el establecimiento de recorridos permanentes de avistamiento de aves fuera de Santo Domingo. ©TodyTours

“Me quedé por las aves”, dice Kate Wallace cuando le preguntan por qué decidió quedarse en suelo dominicano cuando concluyó su estadía como voluntaria del Cuerpo de Paz de Estados Unidos.

Un investigador le pidió que formara parte del equipo que realizaba un estudio sobre las ventajas de la producción de café bajo sombra y así comenzó a relacionarse con el campo, la flora y la fauna del país, explica durante su participación en el Encuentro Verde de Listín Diario.

La conquistaron las aves. De tal forma que llegó en 1994 y ya para 1997 organizaba visitas guiadas por los principales enclaves de avistamiento de la rica avifauna de este lado de La Española.

Su vinculación con el magisterio y la sociedad naturista Audubon de Massachusetts le permitieron poner en práctica proyectos didácticos para motivar su conservación.

Wallace se unió a los grupos locales de observación, a la Sociedad Ornitológica de la Hispaniola (SOH) y a la Sociedad para la Conservación y Estudio de las Aves del Caribe (Birds Caribbean). También comenzó a producir materiales educativos.

Es la coautora (junto a Steven Latta) de la Ruta Barrancolí, una guía publicada en 2011 de los 44 puntos de interés más importantes para el avistamiento de aves en República Dominicana, un gran compendio que ha servido de referencia para investigadores y aficionados locales y extranjeros.

Hoy, a sus 80 años, es una de las más veteranas guías de avistamiento de aves de República Dominicana, defensora de sus espacios, impulsora de su estudio y promotora de la observación de aves como una de las actividades lúdicas y ecoturísticas más completas.

¿POCO INTERÉS?

A Wallace le sorprende que siendo República Dominicana un asentamiento de importancia global para la protección de las aves, gracias a la cantidad de especies endémicas, nativas y migratorias registradas en su territorio, en el país se estudie tan poco a estos animales.

“Me duele que la gente no sabe nada sobre aves. Tenemos 32 especies endémicas de una diversidad de más de 300 especies y es como si eso no importara”, comenta. O solo le importa a un grupo muy pequeño, aclara.

Asegura que parte de ese desinterés se debe a que en el país no se enseña el estudio de aves y hay pocos científicos especializados en Ornitología.

“Las aves son indicadores de la salud del ecosistema”, apunta, destacando su contribución en la reforestación y polinización y en el control biológico de roedores e insectos.

Estos beneficios se extienden a las personas, porque además de ser una actividad fácil y económica, observar aves es beneficioso para el alma, sigue Wallace.

“Te da bienestar personal, espiritual y mental y te beneficia la salud. El ecoturismo es una palabra difícil. Tengo años y años tratando de educar a la gente y el mensaje no llega. La gente mata a las aves porque dice que les pican las frutas”, expresa con cierta tristeza.

SU REFUGIO: VILLA BARRANCOLÍ Kate Wallace se estableció en la comunidad de Puerto Escondido, al suroeste del centro de Duvergé (provincia Independencia), en la entrada norte del Parque Nacional Sierra de Bahoruco. Aquí administra Villa Barrancolí, un refugio ecológico que sirve como campamento base para los recorridos de observación de aves en el lugar que concentra el más alto endemismo de República Dominicana.

Muchos ecoturistas e investigadores llegan desde diversas partes del mundo para conocer las aves endémicas, nativas y migratorias a lo largo del sendero Rabo de Gato y sus alrededores, incluyendo zonas de alta montaña como los bosques de Zapotén.

El recorrido garantiza la observación de 27 de las 32 especies endémicas reportadas en la isla, dice Wallace. El hospedaje consiste en seis cabañas rústicas, baño con agua caliente y un comedor común, así como enramadas para casas de campaña. Estas facilidades básicas permiten que los visitantes vivan una experiencia salvaje de contacto directo con la naturaleza.

La ornitóloga también opera Tody Tours, la agencia especializada en recorridos ecoturísticos de avistamiento de aves.

Wallace se mantiene activa ofreciendo avistamientos, charlas y talleres. No piensa mucho en la edad. “Estoy demasiado ocupada para morirme”, dice.

En estos 22 años, Kate ha publicado y elaborado importantes materiales educativos sobre las aves de República Dominicana.

Kate Wallace junto a la bióloga dominicana Yvonne Arias, coordinadora del Encuentro Verde. Este conversatorio anual se realiza con el apoyo de la fundación Propagás. Raúl Asencio.

Para Kate, la sierra de Bahoruco, el Jardín Botánico Nacional, la reserva científica Ébano Verde y Los Haitises figuran entre los lugares donde se puede observar la mayor cantidad de aves. La mejor hora para verlas? Temprano de madrugada-, cuando salen a comer más,  y después de las cuatro de la tarde. TodyTours

Kate compró los terrenos de Villa Barrancolí en 2004. Comenzó con una casa de campaña, luego con una rancheta. Ya cuenta con seis cabañas rústicas y otras instalaciones para recibir visitantes. TodyTours

A Kate se la puede ver sonriendo en las ferias ecológicas, ofreciendo al público materiales educativos y artesanía relativa a las aves. K. Wallace (FB)

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