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ENCUENTRO VERDE (2 DE 2)

República Dominicana y cambio climático: solo queda adaptarse

Para el biólogo, investigador y consultor ambiental Sixto J. Incháustegui, invitado del primer Encuentro Verde de Listín Diario, para República Dominicana prepararse ante el impacto que supone el cambio climático necesita de todo: recursos humanos y financieros, educación y participación ciudadana, apoyo a las investigaciones y mucha comunicación intersectorial.

¿Cómo se adapta al cambio un país insular pobre como República Dominicana? ¿Qué alternativas tiene?

Hace unos cuantos años que algunos países del Caribe inglés comenzaron a cambiar sus requerimientos en términos de normas de construcción. Este año recién pasado tuvimos a María, que consideraron establecer una nueva categoría de intensidad de huracanes, por su intensidad y cómo impactó tan negativamente a Puerto Rico, y una de las previsiones es que los huracanes van a aumentar en cantidad y en intensidad. Una de las adaptaciones es que hay que construir edificios más resilientes, edificios con requerimientos de infraestructura con mayor resistencia. A nivel de las ciudades nuestras quizá no es el problema primario, porque nosotros construimos fundamentalmente en base a concreto, y eso lo hace para fines de huracanes bastante resistente. Obviamente, siempre impacta a las personas rurales, donde las viviendas no son tan seguras, o en los barrios marginales. Una de las propuestas que se está promoviendo a nivel internacional son las llamadas soluciones naturales. Se considera que la medida más costo-beneficiosa para adaptarse a los cambios climáticos es con la protección de los ecosistemas, con muestras de ecosistemas sanos y saludables. Nosotros no sabemos, hay muchos estudios, cada día más, que se hacen sobre la vulnerabilidad al cambio climático de especies y de ecosistemas que se basan en la ciencia, en el conocimiento que tenemos. No se puede predecir todo lo que a va pasar. El impacto, el tema es tan complejo que no sabemos a ciencia cierta todo lo que puede o podría pasar. Entonces, si usted tiene un manglar sano y saludable, es muy probable que resista a los impactos de los efectos del cambio climático; el manglar está hecho de manera natural para resistir a huracanes, es la principal barrera natural y la más eficiente.

¿Qué hacen las academias para motivar la formación y la investigación en estos temas?

Cuando uno se pone a ver dónde están las academias, las universidades, ahora mismo son muchas veces las grandes ausentes en todos estos temas. Hay algunas que se están adentrando más poco a poco, pero todavía me parece que el esfuerzo y la participación de las academias en el tema de desarrollo sostenible y los temas ambientales es bastante limitado en cuanto a la producción de conocimientos. Es parte del círculo vicioso que hay que romper y convertir en el círculo virtuoso. Es un problema de la dinámica social del país, en ese sentido me consta que parte de lo que se ha tratado de hacer con el mecanismo de Fondocyt es incentivar para que se puedan crear grupos de investigadores que puedan vivir como investigadores, porque además de permitir la compra de equipos muy costosos se permite también tener compensaciones salariales y se les motiva a las universidades a que incentiven la investigación. En los muchos años que pasé en la UASD, la investigación se pagaba a mitad de precio que la hora frente al estudiante. Entonces, si una persona obviamente tenía la necesidad de tener un determinado nivel de ingreso, pues no era un incentivo hacer investigación, porque se le reducía la mitad del salario, entonces se llenaba de horas docentes. Eso ha mejorado mucho en algunas universidades, incluyendo la UASD. Ahora la hora frente al estudiante se paga igual que la hora de investigación. Hay mecanismos, es algo incipiente pero se está caminando en esa dirección, que si se tiene un núcleo de investigadores que se mantenga sometiendo propuesta, pues pueden mantenerse con un nivel adecuado de salario. Ahora, es todavía incipiente y está la percepción que se tiene sobre las carreras de ciencias.

PROMOVER LAS CIENCIAS Don Sixto considera que hay que promover mucho el hecho de que sí es posible trabajar en ciencias y llevar una vida adecuada. “Soy de la primera promoción de biólogos de este país, que somos unos pocos, algunos han fallecido. Me gradué en el año 1973. Cuando se creó la escuela de biología, que fue en parte una iniciativa de la doctora Idelisa Bonnelly de Calventi, era una época en la que se estudiaba por vocación. La creación de la carrera fue muy visionaria. Se creó cuando no existía Jardín botánico ni zoológico Nacional ni Plaza de la Cultura ni Museo de Historia Natural ni Museo del Hombre Dominicano. Solamente existía la UASD, la Unphu y la PUCMM, tres universidades. No había pasado la Cumbre de Río, no se hablaba de crisis de biodiversidad, de desarrollo sostenible”.

¿Cómo ha cambiado el panorama ambiental en República Dominicana desde entonces?

Es una pregunta que yo mismo me hago casi a diario… Toda la lucha ambiental la veo como una suma de vectores. Hay vectores que operan negativamente, porque son múltiples, todos están interactuando simultáneamente y por lo tanto la resultante es también simultanea. Así que lo visualizo siempre en mi mente como una suma de vectores. Hay factores negativos que están impactando, y hay factores positivos que también están impactando, tratando de contrarrestar los factores negativos. Yo, desafortunadamente, y siempre me he considerado optimista, veo ahora mismo que la resultante final de la suma de vectores es negativa, o sea, que la situación ambiental nuestra en sentido general es negativa, porque es compleja, de múltiples factores y es difícil de controlar.

¿Qué papel juega en el proceso de adaptación al cambio climático la voluntad política?

Hay que reconocer que en cada sitio, en cada institución hay gente que está trabajando muy seriamente. Otra cosa es la continuidad institucional, que es otra debilidad nuestra, y en ese sentido cuando se tocan estos temas vemos que, a mi consideración, uno de los grandes aportes que hacemos las ONG es el de la continuidad institucional, porque las ONG no cambiamos de dirección muy fácilmente ni cambiamos de política ni de personas, pero en el Estado hay cambios muy dinámicos...

Cuando habla de intersectorialidad, ¿algunos sectores en particular? Siempre ha habido tres sectores que han sido mayormente encontrados: Medio Ambiente, Turismo y Minería. Cuando se hizo el primer plan de desarrollo turístico, por ejemplo, yo digo que lo que cogieron fue un compás y comenzaron a trazar círculos alrededor de toda la costa y cada círculo era un área de importancia de desarrollo turístico. Claro, se ha avanzado mucho. Ahora mismo hay un proyecto que está siendo financiado por el Fondo por el Medio Ambiente Mundial vía el PNUD con los ministerios de Medio Ambiente y Turismo que a mi criterio está muy bien formulado, porque debería atacar todas las raíces del problema de la relación intersectorial entre turismo, biodiversidad marino costera, grupos locales y comunidades y creación de empleo. Pero es algo que es complejo, porque son múltiples los factores que influyen. Si no hay una visión de conjunto de hacia dónde vamos, y una obligatoriedad en ese sentido de tener una visión de conjunto de país… Tenemos una gran visión bajo la Estrategia Nacional de Desarrollo END 2039 pero a nivel de la aplicación no hay criterios comunes y son múltiples las fuerzas que operan en cada lado: las económicas, las de criterio personales, profesionales, etcétera. Y entonces ahí hay falta de comunicación…

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