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Especial para Listín Diario

Héroes y no tanto

Por Angel Alonso Dolz

Gijón, Asturias

Especial para Listín Diario

Los héroes, los anti-héroes y la simbiósis entre ambos, han ido de la mano por las pantallas desde los albores del cine de los Estados Unidos.

Un personaje atrapa la atención, capta el favor de los espectadores y se convierte en paradigma para quienes ven un filme sin distanciamiento; de ahí que los valores positivos o negativos logren penetrar en la psiquis de muchas personas, algo que depende quizás no tanto de quien realiza la película como de quien la financia.

Si echamos un vistazo a la historia de los Estados Unidos entre los siglos XVIII y XIX, es constatable que su esencia se basa en el concepto de "Destino Manifiesto", definido por John L. O´Sullivan en 1845:

"El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia, para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno..."

En aquella etapa (para algunos fueron tiempos "épicos"), aparecen en la vida real los primeros héroes norteamericanos, al estilo del General Custer al frente del Séptimo de Caballería, enfrentado a los nativos que defendían el derecho de sus tribus a sobrevivir como los caciques Gerónimo, Toro Sentado y otros.

Los heróicos blancos, a partir del Destino Manifiesto, impulsaron una campaña de conquista y exterminación que culminó con la apropiación de grandes territorios, hasta alcanzar los de sus vecinos mexicanos.

La penetración del Cine es enorme, el espectador menos despabilado de cualquier origen étnico, aplaude a los caras pálidas del Séptimo de Caballería -cowboys con uniforme azul- mientras éstos incendian una aldea india con ancianos, mujeres y niños...

El legendario cowboy vino a ser el génesis del héroe supuestamente positivo, para luego ser relevado por ese anti-héroe que fue el gángster.

En la primera mitad del Siglo XX, aparecen en el Cine los héroes negativos; pandilleros fuera de toda ley, que alcanzaron una enorme relevancia en detrimento de la imagen del policía y el fiscal.

Permanecen en la memoria los nombres de Al Capone, John Dillinger y Lucky Luciano, entre otros muchos, pero se ignora la ardua labor de los fiscales de distrito William O'Dwyer, Thomas E. Dewey, del juez Franklyn W.Taylor...

En la pantalla los gangsters vivían rodeados de riquezas, buenos trajes, excelentes coches y sobre todo impunidad; los nuevos héroes negativos en lugar de provocar rechazo, hicieron que muchos jóvenes se inclinaran hacia la carrera criminal, gracias a la manipulación de los filmes donde los matones eran la imagen ideal.

Del "valiente" cowboy al "atractivo" gangster, el cine estadounidense pasó a sentar las bases de un nuevo tipo de héroe: el marine.

Los Marines aparecen en escena desde el Siglo XVIII y en 1823 la famosa Doctrina Monroe vendría a justificar su desempeño internacional, comenzando por el continente americano. El objetivo fue refrendar el amplio ámbito de la esfera de dominio de Estados Unidos, y a partir de esa premisa, en 1846 se conquistan a México los estados de Texas y California.

La imagen de héroe positivo del Marine, capaz de las mayores hazañas sin perder el sombrero, sustituye en el Cine al nefasto pandillero de Chicago o Nueva York, y hace que el legendario cowboy permanezca como simple anécdota de un pasado "glorioso".

América Latina es a partir de 1854 el escenario donde se desempeña el Marine; desde el ataque a Nicaragua ese año y luego una invasión a ese país al año siguiente, las pretendidas proezas del Cuerpo de Marines se pasearon por Honduras y El Salvador; tras la declaración de guerra a España en 1898, esgrimen la bandera de las barras y las estrellas por Cuba, Puerto Rico, Filipinas, Guam y Hawai.

De más no está mencionar las películas protagonizadas por Marines en acciones positivas durante la II Guerra Mundial contra nazis y japoneses... hechos que por supuesto constituyen hitos en la defensa de los países ocupados por el Eje Berlín-Tokío-Roma, sin embargo y por supuesto, desde puntos de vista maniqueos que reflejan estupidez y barbarie en el enemigo, contrapuestas al valor en combate de los catalogados como mejores soldados del mundo.

Por supuesto, el maniqueísmo no es una prerrogativa individual de Hollywood y del cine estadounidense en general, también nazis, fascistas, soviéticos y otras sociedades cerradas de tipo totalitario, ejercieron esa premisa en sus películas, pero esto sería un tema a tratar en otra ocasión.

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