Santo Domingo 25°C/26°C scattered clouds

Suscribete

Séptimo arte

Zorba, el griego

La película obtuvo siete nominaciones a los Premios Oscar, y ganó tres: Mejor Actriz de Reparto (Lila Kedrova), Mejor Fotografía y Mejor Dirección Artística en blanco y negro.

Avatar del Listín Diario
Rienzi Pared PérezSanto Domingo

El archipiélago de las islas del mar Egeo fue testigo de uno de los grandes aportes a la humanidad. Sin esa preponderancia, no hubiera sido posible el desarrollo de otros pueblos. Todavía a casi tres mil años de distancia, mantenemos influencias de la riqueza de su idioma, su mitología, su cultura y su filosofía. Esta última, aún se sigue enseñando en las escuelas y universidades.

¿Quién, en un momento de contertulios, no citó a Homero en sus epopeyas “La Ilíada y La Odisea”? ¿Cómo dejar de lado las famosas enseñanzas de Platón y Aristóteles? ¿Cómo entrelazar con las lecciones de vida algunos pasajes mitológicos para poder entender ciertas cosas y darles explicación?

Grecia y las demás Ciudades-Estado contribuyeron grandemente al desarrollo de la humanidad. Nosotros, como Ulises, viajamos por una travesía de leyendas y culturas para enriquecer nuestra alma de conocimientos y sentirnos plenamente satisfechos en lo más recóndito de nuestro ser.

Dentro de las famosas seis artes que el hombre había creado faltaba una, y gracias a la magia del aparato inventado por los hermanos Lumiere, esta se pudo desarrollar: el cine. Con él podemos crear nuestros sueños y vivirlos en la realidad como recuerdo de un momento específico de nuestra vida. El cine va de mano con la música, porque es la que nos da el soporte de una trama. Y la música es lo que más nos llega a la mente cuando mencionamos el título de una película que es un culto a la pasión por vivir. “Zorba, El Griego”.

La música, escrita por Mikis Theodorakis, nos lleva a querer bailarla, aún sin saber hacerlo, porque nos identificamos con ella por lo hermoso de su partitura, y de una singularidad especial: deseamos ver a Zeus bajar del Olimpo y junto con los semidioses y, dentro de un círculo, bailarla por siempre.

Zorba (Anthony Quinn) es un individuo que ha recorrido el mundo viviendo de los placeres de la vida, y se ha convertido en un conocedor de ella, que solamente vive para contarla. Zorba se encuentra con Basil (Alan Bates) que se dirige a una aldea rural de Creta donde su padre era dueño de una mina de carbón mineral. Zorba le narra de sus conocimientos sobre minería y decide acompañarlo en su travesía. Esta relación nos llevará a mezclar el drama con la comedia para satisfacer al espectador.

Curiosidades 1 Adaptación. El guión, realizado por el propio director, adapta la novela “Alexis Zorba, el griego”, obra cumbre del escritor griego Niko Kazantzakis. En dicha novela, el bohemio, vitalista y despreocupado protagonista del relato se inspiraba en un personaje real, un minero llamado Georges Zorba al cual conoció el escritor en 1917 en una explotación de lignito al sur del Peloponeso. La novela, escrita entre 1941 y 1943, fue concebida por Kazantzakis como homenaje a la memoria de este hombre, cuya profunda sabiduría y humanidad tanto le habían impresionado.

2 NAcionalidad. El gobierno griego le estuvo tan agradecido a Anthony Quinn, por su papel de Alexis Zorba, que más tarde le otorgaría la nacionalidad griega a este actor, hijo de padre irlandés y madre mexicana, pero residente en los Estados Unidos. Tal vez por esa mezcla de culturas y un físico nada común para los cánones de Hollywood, a Quinn se le dieron tan bien los papeles étnicos y pintorescos.

3 Original.

La famosa danza del sirtaki por la que es conocida mundialmente la película, no era en realidad un baile tradicional griego si no que se ideó y coreografió especialmente para esta película. Sin embargo, está basado en otra danza folklórica griega, la Hasapiko.

4 identidad. Al principio del rodaje, la relación de Quinn con el director no fue fácil, porque éste último pensaba que el actor sobreactuaba demasiado. Sin embargo también reconocía a la vez que, justamente eso era el sello de identidad de Quinn y gran parte de su carisma. Más adelante, cuando el rodaje avanzó y Quinn fue metiéndose más y más en el papel, el director le contaba a todo el mundo que Quinn se había convertido en un auténtico griego y años más tarde reconoció que el personaje de Zorba no hubiera sido posible sin la interpretación de Anthony Quinn.

EXPRESIÓN A TRÁVES DEL BAILE A través de la película vemos la cultura prevaleciente en esa ciudad. En el periplo de su odisea, ambos personajes logran conocer a una joven viuda (interpretada por la famosa actriz Irene Papas) que es incesantemente ridiculizada por los lugareños porque no se ha vuelto a casar, máxime cuando tiene un joven que ella ha rechazado varias veces. Sin embargo, Zorba siente que Basil ha quedado prendado por la joven viuda y trata de darle consejos mundanos. En una noche lluviosa, Basil pasa la noche con la joven viuda. Por lo tanto, los aldeanos se dan cuenta de este episodio y la burla recae sobre el joven campechano, mientras este último se quita la vida por despecho. En el funeral, la viuda trata de dar el pésame; pero la turba enaltecida la golpea y tratan de apedrearla hasta que Zorba intercede por ella doblegando a un joven con un cuchillo. Sin embargo, el padre del chico muerto, en un momento de descuido, asesina a la viuda mientras los aldeanos se marchan con indiferencia.

La pesadez del ambiente combinado con la agonía de la matrona del pueblo, Madame Hortense, porque los aldeanos esperan su fallecimiento para saquear su vivienda.

En toda esta catarsis de negatividad y el esperado invento de explotación de la mina, termina destruyéndose todo, Zorba le dice a Basil, que para vivir es necesario tener una pizca de locura y olvidarse de los problemas y expresar las emociones a través del baile, que nos ofrece la libertad de vivir. La película termina cuando ambos bailan la danza griega Sirtaki con expresiones de alegría.

Hay que reconocer el interesante trabajo de su director Michael Cacoyannis, donde se aprecia un fino trabajo de movimiento de cámara, acompañado de unos matices claroscuros para delinear planos expresivos, y así destacar, la faceta interpretativa de Anthony Quinn en el papel de Alexis Zorba, como uno de sus mejores papeles en toda su filmografía.

“Zorba, el griego” es de esas películas que quedan selladas en una generación y que logran traspasar la barrera del tiempo para convertirse en clásicos.

Tags relacionados