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Los Grau, de Jacinto Gimbernard

El autor comenta la conocida novela del reputado violinista, director de orquesta y escritor fallecido el pasado año.

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Giovanni Di PietroSan Juan, Puerto Rico

Llevo ahora unos cuantos días tratando de ver por dónde agarrar esta novela de Jacinto Gimbernard. Que es una novela, no hay duda, pues narra una historia. Es la historia de la familia Grau. O sea, que en ella se traza el desarrollo de esa familia por tres generaciones, los padres, los hijos y un poco los nietos. El problema no es éste. Es establecer qué tipo de novela es. Puesto que traza ese desarrollo, podríamos considerarla una novela histórica. Empieza en el régimen de Trujillo y termina, aparentemente, en los años de Balaguer. Sólo que el autor no se concentra en el aspecto histórico. Lo menciona, y ya. Es una mera ambientación; no es, en ningún modo, una parte dinámica y necesaria a la trama, la cual, en verdad, no existe como tal. Es nada más lo que de manera superficial les ocurre a los diferentes personajes. Puesto que se habla de miembros de una familia en específico, con sus problemas, quizás podamos ver esta novela desde una perspectiva emotiva, y considerarla como una novela psicológica. Pero esto tampoco es posible hacerlo. No lo es porque, francamente, el autor se queda en la superficie de los personajes y nunca entra en su psicología. Descartadas estas dos posibilidades, queda, entonces, el problema que mencionamos: determinar qué tipo de novela es. O, como digo, por dónde agarrarla.

Ya que el aspecto histórico, como sostengo, es una mera ambientación y el autor no profundiza en ello, y ya que tampoco se entra en la psicología de los personajes, pensando bien en el asunto, a mí me parece que la única forma de entender la naturaleza de esta obra de Gimbernard es considerándola como una novela existencial. En efecto, si les ponemos atención a los personajes y lo que les sucede, y no a lo que hacen, ya que esto es bien poco, nos percatamos de una vez que cada uno de ellos lleva una existencia muy enredada y, en muchos aspectos, falta de sentido, exactamente lo que sucede con cualquier personaje de una novela existencial. Es una existencia enredada y absurda la de Ramiro Grau, el padre. Pese a todas sus cualidades y la ventaja de ser hijo de un emigrante español, lo que se reduce esencialmente en tener la piel blanca, por alguna razón que nunca se nos explica, él decide engancharse en la guardia. Nunca llegará a hacer carrera. Se pone en el negocio del cambio de cheques, lo que lo pone en conflicto con María Martínez de la forma más pendeja, y, como consecuencia de esto, nunca avanzará más allá del grado de capitán. Se casa con Ernestina Tardieu, una muchacha de familia respetable, pero ese matrimonio termina en un desastre. Por otra razón que nunca se nos explica, Ramiro y Ernestina no logran compenetrarse como pareja. Tal parece que ella lo hace sentir socialmente inferior, y él, como venganza, la trata siempre de forma brutal, especialmente en la cama. Ramiro tendrá dos hijos con Ernestina, Erwin e Isabel. Pilar es una hija que tiene fuera del matrimonio, pero que insiste en reconocer como suya. Una vez es puesto en retiro, la vida de Ramiro no cambiará. La animosidad entre él y su esposa persistirá hasta la muerte de ambos. Podemos decir, pues, que estas vidas han sido completamente absurdas. Ramiro y Ernestina tuvieron una sola función en este mundo, la de engendrar a sus hijos.

Absurdas serán también las vidas de Isabel y de Pilar. La primera, pese a sus obvias ventajas físicas y sociales, no logrará otra cosa en su vida que terminar como una simple dama de sociedad. Se casa con Eugenio Santos Preire, un ingeniero pegado con el régimen de Trujillo, llevará una vida más o menos económicamente resuelta, y sueña con una sola cosa: salir en las páginas sociales de los periódicos. Pilar, por su parte, tampoco logrará mucho en términos de una vida con sentido. Se casa con Manuel Linares, un abogado y aspirante a poeta que no quiere hijos, ya que considera que es un crimen traerlos a un mundo como el que tenemos. Será una relación sin afecto, lo cual eventualmente la llevará a establecer relaciones con otros hombres. Primero con un ejecutivo del banco donde trabaja, lo que durará sólo algunos meses; después, con su ginecólogo, con el cual tiene sexo en su misma oficina; y, al final, con un joven empleado del banco, pero sólo para que pueda tener un hijo antes de que sea muy tarde a causa de su edad. Si estas no son vidas absurdas, ¿qué son?

No muy diferentes serán las vidas de otros personajes que se mencionan en la novela. Como ejemplo, dos: el personaje de Ramirito, otro hijo que Ramiro tiene con una amante durante sus primeros años de matrimonio; y el personaje de Johnny, una persona muy culta de la cual Erwin se hace amigo. Ramirito, aunque reciba la ayuda de su padre, termina en las drogas y muere asesinado en Nueva York. Por qué toma ese sendero en su vida, nunca lo averiguamos. Es algo que el autor presenta como un hecho y punto. Johnny tiene la mala suerte de ser injustamente acusado del estupro de un menor y termina un tiempo en la cárcel. Cuando sale, lleva encima el estigma de ser homosexual, contrae diabetes, pierde una pierna, y muere en la más negra miseria. Toda su brillantez intelectual no le sirvió para nada. O sea, que no hay ningún personaje en esta obra que no lleve una existencia completamente enredada y absurda. Que es lo que nos reconfirma en la opinión de que no puede ser otra cosa que una novela existencial.

Sin embargo, la prueba más contundente de lo que sostengo se encuentra en el personaje de Erwin, al cual trataré ahora. De hecho, el personaje principal de la novela no es Ramiro, como podría parecer, ya que empieza con ese personaje; es, más bien, Erwin. Aunque en la obra se esté trazando el desarrollo de la familia Grau, y esto pondría el énfasis en Ramiro y Ernestina, al final, lo que se impone como una posible trama no es el desarrollo de esa familia, sino la misma vida de Erwin y sus vicisitudes. Es por eso que más arriba decía que no existe una verdadera trama en la novela. Una trama de hecho y de derecho hay que encontrarla sólo en lo que es la historia de Erwin, desde niño hasta su edad adulta. Y esta es una historia que tampoco puede ser narrada, simplemente porque está compuesta de las diferentes etapas, todas más o menos absurdas, que él va recorriendo en su vida, desde que llega al mundo hasta que se casa y tiene un hijo con Ildekis, una muchacha negra que se enamora de él y lo salva de su alcoholismo crónico. Otra vida enredada y absurda, como podemos observar.

Aún más que sus hermanas, Erwin nace con muchas ventajas. Es un niño intelectualmente aventajado. Desde tempana edad, estimulado por Ernestina, se interesa en todo tipo de expresión cultural. Lee mucho en todas las materias, querrá ser pintor, escribe ensayos, aunque nunca los publique, y estará a la par con un cerebro privilegiado como el de Johnny. Pese a todo esto, se convertirá en un alcohólico y se ganará la vida sólo con su humilde trabajo como corrector de pruebas en un periódico. Por qué razón le tocaría esta clase de vida, el autor nunca nos lo explica. Es posible que Gimbernard tenga en mente explicarlo todo a través del expediente de una pasión incestuosa entre Erwin y su hermana Pilar. Pero, como digo, esto no es sino un expediente, y, ya que la obra no es una novela psicológica, al final, por lo poco que esa pasión se menciona y sólo de pasada, no nos permite considerarla como la raíz del problema existencial que él llevaría encima.

Es que son tantas las cosas en que Erwin se interesa, y acerca de las cuales quiere tener conocimiento, que es del todo imposible que pueda concentrarse en algo en específico y tener éxito. En un período de su vida, por ejemplo, Erwin se interesa intensamente en la teología, pero no hará nada con ese interés y pronto la abandona por la filosofía. En la pintura, una actividad que emprende con un poco más de seriedad, pasará de uno a otro estilo sin nunca lograr uno propio, lo que hace que abandone esa actividad para siempre. Siendo buen mozo, tendrá muchas mujeres. Pese a esto, no establece una relación estable con ninguna de ellas. El autor tratará de echarle la culpa a su pasión incestuosa por Pilar. Lo hará sin lograrlo porque, ¿dónde esa relación se discute de manera directa en la obra? Únicamente en una o dos páginas en las cuales el autor describe un encuentro entre los dos en un restaurante, ocasión que Erwin aprovecha para decirle a Pilar lo diferente que ahora serían sus destinos de ellos no haber sido hermanos. Ni siquiera la relación que Erwin establece con Ildekis es estable al inicio. Lo terminará siendo sólo cuando la muchacha se dedica cuerpo y alma a curar de él, irreparablemente sumido en el alcoholismo. Es cuando ya está curado de esa enfermedad que Erwin se casa y tiene hijos con ella.

Puesto que la vida enredada y absurda de Erwin no puede ser explicada de manera psicológica, o sea, tanto a través de lo que le ha ocurrido en sus diferentes etapas hasta alcanzar la madurez, como a través del expediente de la pasión incestuosa por su hermana, y esto porque, como he indicado, el autor nunca entra en estas cosas o simplemente se queda en la superficie, hay que preguntarse: ¿A qué se debe ese tipo de vida? Y aquí creo que hay dos respuestas posibles.

La primera respuesta es que un héroe existencial nunca nos propina claramente a qué se debe su inconformidad con la vida y el mundo. Sólo sabemos que está inconforme con esas cosas y punto. Esto ocurre porque se comienza del presupuesto que la vida es absurda en sí misma y que lo que ocurre en el mundo no tiene ningún sentido. Todos los personajes que aparecen en las novelas existenciales funcionan de esta manera. Erwin, pues, no hace más que encajar a en ese molde a la perfección. En efecto, poco importa lo mucho que se trate de averiguar qué es exactamente lo que le produce su malestar existencial, nunca será posible lograrlo.

No hay otro recurso, entonces, que pasar a la segunda respuesta, y ésta la deducimos de su mismo nombre. Ramiro era un admirador de Edwin Rommel y quiso ponerle el nombre de ese famoso general a su hijo. ¿En qué se caracterizaba Rommel? En su determinación. Ante los peligros de una batalla, él mantenía la férrea determinación de superar todos los obstáculos. O sea, que no titubeaba ante cualquier situación que se le presentara. Pero, ¿qué encontramos en el personaje creado por el autor? Encontramos que es todo lo contrario, pues carece por completo de cualquier determinación ante las batallas de la vida. Erwin pasa constantemente de un interés a otro y siempre titubea en todo. Es por esta razón, por ejemplo, que, pese a sus muchas ventajas, no logra tener éxito en nada. Es por esta razón que se acobarda ante el percance de Johnny, su gran amigo, cuando se le acusa injustamente del estupro. Una palabra suya al respecto le hubiera ahorrado su condena a la cárcel y el estigma de homosexual por el resto de su vida. Es también su falta de determinación lo que hace que Erwin no logre tener éxito como pintor o en cualquier otra actividad artística e intelectual. Y es esa misma falta lo que lo llevará al alcoholismo crónico.

Que esto explica el problema de Erwin lo sabemos con exactitud cuando analizamos el personaje de Ildekis. Ante Erwin, de familia más o menos rica, con un nombre, de piel blanca y sus enormes facultades intelectuales, Ildekis no es nada. Cuando se encuentran, ella es todavía una adolescente y ayuda su madre en un puesto de frituras. Ya un alcohólico, Edwin alquila un cuartito miserable al lado de otro cuartito, también miserable, ocupado por Ildekis y su madre. Es ella que se interesa en él, seguramente por pura misericordia. Más tarde terminan acostándose juntos. Ildekis es casi analfabeta y no tiene inquietudes intelectuales de ninguna clase. Pero, con el tiempo, empieza a hojear los libros que el joven tiene en su biblioteca y a aprender de ellos. Pronto se encarga de Edwin, lo tiene limpio, le da de comer, y muestra tanta determinación en cambiar su vida que finalmente lo logra. Erwin dejará la bebida y tomará interés en su trabajo. Ildekis tampoco no descuida a sí misma. No se trata sólo de tener determinación para cambiar la vida de Erwin; hay que tenerla para cambiar también su propia vida. Y así será, pues cuando se presenta la tentación de salir de su miseria a través de la prostitución, ella la rechaza diciendo que es mejor ser sirvienta que puta. Ildekis se hará de una cultura y hasta cambia su figura, todo para ser digna de Erwin. Es mediante la dedicación y el sacrificio de Ildekis que él se salva en la vida. Y es por eso que Erwin, al finalizar la obra, la lleva como esposa a la casa de sus padres. Ildekis no deslucirá ante Isabel y Pilar; por el contrario, será mejor que ellas en todo.

¿Qué se quiere decir, entonces, con el personaje de Ildekis? En términos existenciales, que la solución a una vida enredada y absurda se encuentra en la determinación de superar los inconvenientes que se nos presentan. Y, aún más, que lo que cuenta en nuestra vida es el sentido del sacrificio por los demás. La vida de Erwin adquiere sentido cuando deja el alcoholismo y se concentra en su trabajo, poco importa lo humilde que sea. Y adquiere sentido porque Ildekis está dispuesta a sacrificarse por él. A fin de cuentas, ¿qué es lo que hizo que Ramiro y Ernestina no pudieran compenetrarse y sólo terminaran llevando una vida sin sentido hasta sus últimos días? Fue sólo la falta de compromiso y de sacrificio, de amor. Ramiro se casó con Ernestina por razones sociales, y ésta se casó con él sin ni siquiera saber por qué, a lo mejor simplemente por sentirse protegida. Isabel se casó con Santos por conveniencia social. Pilar se casó con Linares por mera atracción. O sea, que, por falta de compromiso y de sacrificio, en ninguna de estas relaciones era posible el compromiso y el sacrificio. Lo cual quiere decir que la única salida a una vida enredada y absurda es sólo el amor. Sin el amor no es posible una vida que tenga sentido.

Por consiguiente, como muy bien podemos ver, Los Grau no es, de ningún modo, una novela histórica, y tampoco es una novela psicológica; es, mejor dicho, y como hemos comprobado aquí, a través de esta discusión, una novela existencial, pues es sólo leyéndola como tal que podemos explicar su contenido.

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