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SENDEROS

Practicar la fe con nuestro ejemplo

Es una pérdida de tiempo cuando, en lugar de pensar en términos de tranquilidad, tiendes a vivir pendiente de otra persona, atacando, haciendo que se sienta abrumada de tu atención excesiva. Estos meses he tenido la experiencia directa de vivir con una persona que vive pendiente de mí, pero no para aportar sino para atacar, para hacer sentir mal ante cualquier nimiedad; nada proviene de la buena voluntad, sino todo lo contrario: del deseo de restar, herir y hasta de hacer la vida infeliz y llena de incomodidad.

¿Qué se gana con molestar a otra persona, qué obtienes a cambio, qué logras en tu corazón y en la de la persona que recibe semejante malestar continuo, con palabras, miradas y actitudes en las cuales sobresale tu deseo de molestar, de disminuir y hasta hacer una vida dura y convertirla en miserable? Es una pérdida total de tiempo porque, por más que te esfuerces, el que más se desgasta es el que vive haciendo la vida imposible a otra persona y de paso se la hace a sí misma doblemente imposible. Gastar tanta energía solo para hacer que otra persona se sienta mal, gastar tanto tiempo en algo que a todas luces no beneficia a nadie...

Esto lo he visto en trabajos, familias y en relaciones sentimentales, y a fuerza de ser sinceros nadie sale ganandoÖ ¡Todos salen perdiendo! Es lamentable observar tanta infelicidad que nace en un corazón resentido, falto de perdón y lleno de deseos de venganza.

Hay personas que se refugian en un lugar que creen que les libera de sus miserias y bailan, rasgan sus vestidurasÖ en una iglesiaÖ y a la hora de la verdad, cuando deben aplicar las enseñanzas de su fe, solamente saben dar miseria, rencor y deseos de venganza. Y los demás no ven el esfuerzo que hacen cuando van a su iglesia, sino lo poco que practican su espiritualidad. Es una pérdida de tiempo si no estás dispuesto a poner en práctica lo que te hace llorar en una iglesia o un culto. ¿De qué sirve dar la mano a otro y aceptarse como pecador si al que tienes en tu casa solamente sabes darle tanta miseria interior? No hay que perder el tiempo, si no tienes el mínimo deseo de cambiar deja de ir a una iglesia y quédate con el rencor a ver a dónde te lleva, deja de ser mala publicidad para la fe, y cuando estés dispuesto a ser coherente vuelve. No hay fe sin compromiso. Si no la asumes no abraces ninguna porque es triste ver personas llenas de prepotencia sintiéndose casi santas. No pierdas tu tiempo y no lo hagas perder a otros.

Si vas a aceptarte como humano, empieza por casa, donde debes ser testamento de lo que has decidido creer. Inicia con aquellos con quienes vives peleando o a quienes les haces la vida de cuadros. Empieza a cambiar para que tu vida sea lo único que haga a los demás replantearse su propia espiritualidad. Aprende con humildad, con deseos de cambiar y, sobre todo, porque has decidido dejar esa forma de actuar que nadie merece, ni siquiera tú mismo, pues no hay mayor tristeza que la falta de sincronía entre la vida y la fe.

¡Enaltece tu fe con tu testimonio de vida!

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