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Amar y servir a todos

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Lesbia Gómez SueroSanto Domingo

Alguna vez nos hemos preguntado: ¿Qué vamos a encontrar más allá de esto y de nosotros mismos? Habrá de imaginarse las estampas que se suceden como respuestas de lo que puede existir fuera del campo fenomenal donde ahora nos expresamos como seres vivientes. En procura de no alimentar el morbo para un escenario de miedo por el desconocimiento, y que produce muchas veces negación de existencia, aquello -desconocido- por temor, hace que el discernimiento se cubra con un velo, para en ignorancia no concurrir en estos aspectos.

Se colige por información de algunos mentores en la ciencia espiritual, que la estancia a permanecer por algún periodo del tiempo, el más allá -lugar subjetivo- porque en los aspectos de relativo campo y manifestación, es que se dan las distancias; pues ha de saberse, que en el espacio las dimensiones se interpenetran, no existiendo separación entre ellas. Sólo el grado de vibración o energía que hace sutil a unas, y densas o cristalizadas a otras -materia densa-.

Asimismo, los planos, amén de este, que es cristalizado y de manifestación corpórea, son planos de conciencia, a los cuales, cada uno en particular damos su constitución anímica, por la calidad de nuestras acciones.

Estas acciones que comprenden los pensamientos, sentimientos y emociones, tienen previamente sus códigos en los anaqueles o barras en la Economía Divina; y se accionan como correctivos el significativo, y doctrinal (infierno), o de gloria (cielo), gozo secular de paradisiaca estancia. Hay que recordar, que nuestro mundo es reflejo de nuestras propias creaciones, o de las perspectivas que tenemos de él.

Esto hace que tengamos falsas expectativas de encontrar en el más allá a un Dios, castigador a malos, y de pródigas prebendas de alta gracia al bueno. Y con ello es que nos desenvolvemos con nuestros actos que gravitan en experimentar con los actos un añorado cielo en gozo, o en su defecto, un temeroso infierno de sufrimiento eterno.

Por tanto, son estigmas magnéticos adecuados con sus grados en campos electromagnéticos que les son atrayentes, e imantan a la conciencia, a vivir lo que en existencia previa creó. Se dice allí, “Que los iguales se atraen... y los opuestos se repelen”, por ello se participa con igual tenor de la conciencia, que se agrupan en la misma estancia vibratoria, ya sea angélica o de animal instinto. Pudiendo allí, reconocer lo bueno o equivocado de las acciones; con lo cual, uno mismo se auto castiga o se premia.

Las leyes por tanto son de rigor, y para el efecto, hay mentores espirituales en la cámara kármica que evalúan los pro y contras de causas que deriven en sólidos servicios impersonales al prójimo, como humanidad. Todo esto tiene un valor agregado que se dispensa como gracia adicional, en ayuda en el balance o resultado de lo que se hizo en vida. Por ello la expresión: “somos lo que pensamos, y por ende creamos” Y los mismos son nuestros más fieles acompañantes.

Las creaciones egregores- nos acompañaran doquiera estemos. Y no podremos escapar a ellas. Sea pues importante señalar, que mientras tengamos la oportunidad de residir en este plano, edificar con buenas obras en amor y gozar de la gloria prometida a los justos, que se acogen a la exhortación “Ama a todos. Sirve a todos. Y el Universo se placerá servirte con toda su prodiga abundancia”.

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