¡Tengan entre ustedes los sentimientos propios de Jesús!

“Cuando el justo se aparta de su justicia, comete maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vidaÖciertamente vivirá y no morirá” (Ez 18, 25-28)

La verdad es que este pasaje de la Primera Lectura de hoy, tiene demasiada “tela que cortar”. Pero lo que más me llama la atención, es que somos nosotros los únicos responsables del mal o el bien que hacemos. Pero, pedimos, como nos dice el Señor en el Salmo 24 de hoy: “Señor, enséñanos tus caminos, instrúyeme en tus sendas; haz que camine con lealtad; enséñame, porque tu eres mi Dios y Salvador y todo el día te estoy esperando”.

Nosotros solos, no podemos lograr alcanzar esa salvación que nos fue dada por Jesucristo, porque no hemos sabido utilizar la libertad que nos fue dada, por el mismo Dios desde nuestra creación. Y es triste que sea así, porque no nos damos cuenta de que sólo nosotros somos los responsables de lograr que nuestra vida, con la ayuda del Señor sea un lugar de paz y de concordia hacía los demás. Cuando San Pablo da en su carta a los Filipenses, esa recomendación a sus discípulos era porque se habían “encerrado en sus intereses, y no buscaban el interés de los demás”, y por eso les dice que deben de tener los sentimientos propios de Cristo Jesús. En el Evangelio de hoy, según San Mateo en el cap. 21, del verso 28 al 32, Jesús les hace ver a los sumos sacerdotes y a los ancianos, que el que dice que sí al Señor y no hace lo que promete, y que el que dice primero que no, pero luego va a trabajar en su Viña, es mucho mejor que el primero, queriendo que ellos se den cuenta de que “Juan vino primero a enseñarle el camino de la justicia, y no le creyeron; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y ustedes despúes de ver esto, no recapacitaron ni le creyeron”.

Y es que muchas veces somos iguales de los fariseos de esa época. Muchas veces nos comprometemos a hacer algo por el Reino de Dios, y luego las dificultades de la vida nos hacen perder el sentido y decidimos ir por otro camino. ¡Que pronto nos cansamos de hacer la Voluntad de Dios! ¡Que poco perseveramos en lo que habíamos prometido! Hoy comenzamos el mes de octubre, el Mes del Santo Rosario, y celebramos el mes del Cáncer, para concientizar a las personas sobre este sufrimiento; además es el Mes de Grandes Santos: Santa Teresita del Niño Jesús; Santos Angeles Custodios; San Francisco de Borja; San Lucas, Evangelista; San Francisco de Asís; Nuestra Señora del Rosario; Nuestra Señora del Pilar; Santa Teresa de Avila; Santa Margarita María de Alacoque; San Ignacio de Antioquía; San Juan de Capistrano; San Carlixto; San Antonio Ma. Claret; Nuestra Señora del Amparo; Los Santos Macabeos, y muchos santos más, que nos ayudan en nuestras tribulaciones cada vez que recurrimos a ellos para que intercedan por nosotros ante Dios. ¡Amén!