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SENDEROS

El Absoluto se hace el uno, y es uno con todos

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Lesbia Gómez SueroSanto Domingo

El Absoluto se hace uno y se diferencia de sí mismo para integrarse en todos. El hombre se distrae sensiblemente cuando habla de Dios, buscando la forma de dar una correcta interpretación a su existencia.

Corrientemente se crean conflictos, que en las más de las veces generan grandes confrontaciones bélicas; y todo esto al hacerse cada uno poseedor de la gran verdad. Se hace congruente y pedagógico, que El Todo o Mente Universal creadora, no disminuye su condición de absoluto, cuando de Él se hacen diferentes denominaciones en su distinción de dogmas. Muchos nombres, pero una sola conciencia omnisciente, omnipotente, omnipresente -absoluta- Toda abstracción es de alta complejidad para el manejo de la mente, y es por ello que se asiste de pedagogías o ejemplos sencillos y corriente para acercarse a dar una interpretación para hacerlo comprensible. Con este ejemplo se podría graficar ordinariamente la interpretación que se hace del Absoluto con sus diferentes denominaciones separatistas. Se toma como base o principio para esto al Sol. De acuerdo a la posición geográfica de los continentes, el Sol hará su aparición en el espectro sideral planetario a diferentes horas; y con esto no se podrá argumentar que hay varios soles, como tampoco que este será más benefactor a unos que a otros. Sus resplandecientes rayos se muestran a la vista como “entidades”, que surgen del núcleo visible como emanaciones o personalidades separadas del Sol. Sin embargo, los rayos que se observan como tal, no son más que meras ilusiones; porque su masa de energía es una, sin alteración de su esencia y forma.

Por cuanto con una interpretación lógica de lo expuesto anteriormente, la Verdad, El Gran “Yo Soy” es El Uno (Principio) sin alteración de sus atributos homogéneos, cuando en el Oriente se lo denomina Krishna, y en Occidente Dios o Jehová. Cuando se dice: El Padre es Dios, El Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios- la Conciencia del Uno- desenvuelto su principio en su aspecto trino. Se hace referencia con esto, que la sola esencia (Principio indiferenciado), se manifiesta con sus aspectos nominales; pero con una base, su Principio Inmanente que subyace en la intimidad en cada uno, aceptándose los cuales como entidades separadas de Él.

Debe entenderse que habiéndose diferenciado El Uno con sus atributos en la expresión de La Trinidad, son emanaciones desde el núcleo del Absoluto, que fomentan las bases para todo lo creado. Por tanto, esas emanaciones se han extendido universalmente para lo que son hoy nuestros planos de conciencia; demostrando con esto de forma veraz, que esa misma esencia nos integra a cada uno de nosotros con las cualidades de sus atributos divinos, convirtiéndonos por tanto en antorchas, por ser de su misma naturaleza, y emancipados desde su única matriz parturienta, y que se accionan para cocrear con Él, dando continuidad a su plan concebido de la creación.

En virtud a esto, debemos aceptar, como también reverenciar la preeminencia de su existencia y de su amor derramado en todos los cálices expuestos en el altar de la conciencia de las diferentes religiones o credos, que son los senderos que religan, llevan a conocerlo y amarlo. ¡Ojalá así sea! Y existirá por siempre la unión fraterna entre los hombres, con base a su único principio y verdad: el amor.

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