La tolerancia puede sanar tu vida

Hay un momento que hay que aprender a ser tolerante, la vida por las buenas o por la malas nos obliga a asumirla, si hay algo que no te agrada encontrará la forma de llegar a tu camino a como dé lugar.

Por ahí inicia el aprendizaje en este viaje por la vida; si detestas rabiosamente algo ese algo se materializará para expandirte como alumno(a). Si has sido intolerante declarado siempre vas a tener que aprender a ver esa intolerancia husmeando de alguna forma por el camino de tu existencia, solamente así vivimos la empatía del otro lado de esa mente inflexiva y por lo tanto nos encontramos con lecciones muchas veces incomprensibles en la superficie pero no en su fondo, que lleva mucho contenido para estimular lo que aún te falta para comprender en esas áreas deficitarias de tu vida.

Todos nos enfrentamos a nuestras propias tempestades y de alguna forma batallamos muchas veces con situaciones parecidas, en lugar de buscar culpables es mejor ver dentro de tu corazón para empezar a entender en qué debes comenzar a ser más responsable, en lugar de sentirte la eterna víctima debes ver dónde victimizaste a otros y sin filtros ficticios o de autoengaño analizarte para ver que eso que diste a lo mejor regresó a ti de alguna forma, eso sin duda te hace actuar con intolerancia, no toleras lo que muchas veces has hecho a otros y es por medio de la misma que te expresas y demuestras lo incómodo que te sientes por todas esas cargas que has llevado por tanto tiempo.

La intolerancia te va a dar golpes hasta que aprendes a ser tolerante, hasta que de alguna forma entiendas que tu vida y tu corazón van a abrirse hasta que hayas interiorizado todo aquello que te negaste a aceptar; cuando perdones sinceramente, cuando hagas las paces con todo aquello que ya largamente ha lapidado tu alma en tu vida, cuando dejes ir el rencor que manifiestas en tu forma intolerante de actuar, cuando finalmente entiendas que no hay camino alguno a la felicidad sino que la felicidad es el camino, entenderás que la intolerancia ha secuestrado todo el potencial a tu felicidad.

La felicidad no está en algo sino en tu forma de ver la vida, en aquello que haces y que sientes, que amas hacer; cuando la tolerancia haya sanado tu vida, cuando te liberes de todo eso que te ha atado a una mente irreflexiva verás los cambios que aún no logran manifestarte y entenderás que el amor no puede construirse en la intolerancia, es hora de construir puentes, no muros en tu vida, aprende a ver en otros lo que sientes: seres humanos que necesitan comprensión, seres que cometen errores, que hacen cosas dañinas y que al fin llenos de defectos siguen esperando crecer y aprender las lecciones que la vida nos ofrece.

Eres al primero que debes tenerle tolerancia: aprende a vivir con tu historia, con tus errores, con tus defectos y en consecuencia aprende a darlos a los actores de tu vida; perdónate y perdona, vale la pena, inicia contigo y luego expande esa nueva conciencia y verás que esa tolerancia que jamás imaginaste está ahí esperando para cambiar tu vida.