Las elecciones generales de este 2024 en la República Dominicana han trazado el camino ideal para que nos dirijamos hacia el desarrollo de un avanzado sistema democrático.
Con el inicio de los debates masivos en el país, estamos sembrando la semilla de una cultura que exigirá, sin duda alguna, mayor preparación y capacitación de los actores políticos. Los debates son espacios para que los aspirantes políticos revelen su visión de país y posiciones ideológicas. Sin embargo, eso fue lo que precisamente quedó en un segundo plano en estas intervenciones públicas.
Más bien, parecía un enfrentamiento político entre el oficialismo y la oposición política que era disimulado con la aparición de las sombras generadas por la estela de algunas propuestas.
Un aspecto que en realidad sí resaltó fueron “los dotes” que demostraron los aspirantes al ejercer el arte de debatir. Definitivamente, los colapsos mentales reconfirman las carencias que persisten en el sistema educativo de la República Dominicana y debería motivar a las autoridades a modificar las estrategias pedagógicas por otras que ocasiones resultados positivos.
Mientras tanto, lo importante es que el verdadero ganador de todos los debates congresuales y presidenciales es el pueblo dominicano.
Aunque solo un reducido público analiza las propuestas presentadas por los actores políticos, no deja de ser un precedente histórico la manera en que muchos aspirantes acudieron a los llamados del intercambio de ideas.
Esperemos que el electorado utilice como base principal las posiciones fijadas en esos espacios para votar por visiones que, de manera genuina, persigan la evolución y estabilidad del país. De lo contrario, continuaremos recibiendo las promesas de cambios que con el tiempo se debilitan…