La Pascua de Resurrección es la celebración por excelencia de la vida. Defender el derecho a la vida es obra de quienes han sido tocados por el Resucitado.

Hemos debatido en numerosas ocasiones sobre la importancia de proteger la vida. “No matarás” es un mandato fundamental, y la Resurrección de Cristo nos recuerda la trascendencia de la vida. No debemos apresurar la muerte mediante actos violentos, asesinatos o guerras. Estos atentan contra el don preciado que hemos recibido: la vida.

Celebremos, defendamos, cuidemos y valoremos la vida en todas sus formas.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.

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