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AGENDA SOCIAL

Ciudadanía como política pública

A toda la sociedad dominicana debe preocuparle sobremanera la falta de una actitud cívica en el comportamiento de los ciudadanos en la vía pública. En su momento, esa fue la inspiración y la base fundamental de la campaña “Bien por ti, tus valores hacen un mejor país”, porque identificamos la necesidad de rescatar los valores que deben normar la vida pública y, a la vez, establecer sistemas de reconocimiento social de aquello que está bien hecho.

En el año 2013 invitamos al país a Antanas Mockus, que había sido un exitoso alcalde de Bogotá, en Colombia, y fue candidato presidencial de ese país, con el propósito de hablar de las tres dimensiones de las relaciones entre los individuos: la norma moral (ética), la norma social (valores sociales) y la norma jurídica (leyes).

Aún en los momentos más estelares de nuestra historia, aun cuando hemos acometido grandes reformas económicas y sociales que han hecho crecer a nuestro país, la verdad es que no hemos sido exitosos en nuestra capacidad de abordar correctamente esas tres dimensiones, es decir, la autorregulación, la regulación social y la regulación legal, que como pueden ver, todas conllevan sanciones, pero desde ópticas, temporalidad y dimensiones distintas.

En la última hemos sido más exitosos, puesto que la República Dominicana cuenta con un marco legal acorde a la época, salvo algunas excepciones. Hoy en día tenemos suficientes normativas y legislaciones para asegurar una convivencia adecuada en la sociedad, pero no se respetan ni se hacen respetar porque en las otras dos dimensiones no hemos logrado el éxito.

Antes que la sanción legal, debe imponerse la autorregulación y la concerns social. Lo que estamos viendo es que, en algunos casos, el país se ha rendido y/o ha sido selectivo ante los problemas de la convivencia social, llegando al punto de que, aún sabiendo que existe un problema, si nos desborda como Estado y como sociedad, entonces lo damos como válido y lo aceptamos como parte de nuestro tejido social: transito, salud y educación para mencionar los de mayor impacto.

Es un error llegar a ese punto. Cada día hay un mayor irrespeto a la Ley y a la norma ciudadana, cada vez más nos cuestionamos si la ley es suficiente, si el Estado está en capacidad de regular los ciudadanos, y si apelar a la moral de los ciudadanos es suficiente para resolver el problema.

Es lo que sucede en la vía pública con el irrespeto constante e impune a las señales de tránsito. Sucede con vehículos privados, con vehículos del transporte público y, sobre todo, con los motoristas, que aún delante de una autoridad de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre, antes llamados AMET, circulan sin pudor en vía contraria, violan las luces del semáforo y cometen todo tipo de infracciones de manera alegre, sin que la norma legal, la autorregulación y la norma social se pongan en práctica. Para eso creamos el proyecto de Cultura Ciudadana, hoy más necesario que nunca. Como sociedad, debemos trabajar para que norma legal y norma moral puedan reencontrarse y volver a regular correctamente nuestra convivencia. Esa es la cultura ciudadana de la que nos habló Antanas Mockus en el 2013 y que se convirtió en una política pública que debe continuar en todos los gobiernos.

La participación de los ciudadanos en la solución de los problemas de la sociedad no sólo es útil, sino necesaria. Discutamos un nuevo parámetro de normas sociales para elevar la calidad de vida de los dominicanos, y para que Ley y Moral vuelvan a ser guía de la vida en sociedad.