Un poco para atrás

No sería dar reversa con el cambio como quitar la emergencia a un vehículo detenido en una subidita, de manera que ruede un poco hacia abajo.

La nueva consideración respecto a las cancelaciones o desvinculaciones de empleados públicos de la pasada administración.

El dar marcha atrás ya no ocasiona crítica, pues de tan frecuente y repetido se convirtió en un estilo, una forma particular de gobernar. Todo pudo haberse previsto, ya que era una situación anterior y establecida la existencia de empleados de carrera. Como también la entrega de prestaciones.

Los activistas de campaña tienen derechos en el partido, pero no en el gobierno que tiene que regirse por unos cánones de modernización y equidad. Ni botín ni retaliación. Aunque intriga la mudanza de ánimo, de cómo o por qué el presidente o el régimen cambian el chucho, y ahora más comprensibles o generosos.

Pensé en la posibilidad de una encuesta que registrara una opinión contraria al designio de botar de los cargos públicos todo lo que oliera a PLD.

Indagué, y por lo menos las mediciones oficiales no incluyen hasta el momento ese punto. Las redes tampoco son insistentes o persistentes en objetar los procedimientos. Lo mismo puede decirse de las protestas, tan pequeñas y de escaso ruido que no pueden tenerse como elemento que obligara a descontinuar la poco selectiva aplanadora.

Sin embargo, habría que ver el efecto en el desempeño general del gobierno. Si quitar un empleado con capacidad, entrenamiento y experiencia, y sustituirlo por un compañero de la base, fue de provecho. En las oficinas públicas siempre hay una persona que por sus años y conocimientos se constituye en la memoria institucional. Sacar esa pieza afecta el vehículo, y en muchos casos no funcionó la de recambio.

El problema sería ahora cómo meter al genio en la botella, cómo decir al nuevo que se eche a un lado y restituir en el puesto al antiguo servidor. Si difícil fue nombrar al compañero, al activista de campaña, más lo será anularlo, o degenerarlo en botella. Eliminar sus malas influencias y restablecer el orden precedente.