Ajustes y desajustes

Parece igual pero no es lo mismo un aspirante que compite por una candidatura y pierde, o que no pudo participar en escrutinio, a que esa posición le sea atribuida a un extraño.

No siempre la banca pierde y ríe, o por lo menos no en el Partido Revolucionario Moderno, afanado en estos momentos en rematar números en discordia.

La gente está muy atenta a lo que ocurre en el PLD, y la verdad que los bandos, fuera y dentro de los límites, van haciendo camino al andar.

Los de fuera creen que dividieron, y los de dentro consideran que hubo un desprendimiento que no ocasionará grandes daños.

En lo que se producen los actos masivos de renuncia de los seguidores de Leonel Fernández, los parciales de Danilo Medina van cubriendo vacantes.

Quienes se quedaron con el moño hecho en el Comité Político hablan de “consenso inducido”, pero no pasan de murmurar y todo queda entre familia.

El caso de Euclides Sánchez, que estaba dado al pecado, pero como “los veganos son todos buenos”, su efervescencia se quedó en el vaso como una simple Alka-Seltzer.

Aceptó continuar al frente de la Secretaría de Asuntos Profesionales, a la que había renunciado en medio de una rabieta.

Los muchachos cuentan su hazaña y están contentos (Carlos Pared, de los Pared del número, José Dantes y Karen Ricardo) y los ociosos intrigan ¿cuándo con Leonel?

En el PRM, aunque todavía no se oye el ruido, la cosa está que horroriza y mete miedo de verdad. Incluso hubo un pique y lo menos que se habló fue de renuncia.

Supe del caballo, tengo certeza de que es bayo, pero no puedo asegurar nada, pues no tengo los pelos en las manos. Luis Abinader dijo estarse riendo, y parece que el chiste es bueno, pero no para toda la concurrencia.

José Paliza explicó el ánimo de alianza del PRM, pero lo hizo con el guante en la boca, de manera que no se le pudieran leer los labios. Leonel Fernández es un problema, y no de álgebra de Baldor.