Ciertas restricciones aplican

Lanzar, vía publicidad, una oferta donde el texto cierre en letras pequeñas con el famoso comodín: “Ciertas Restricciones Aplican”, se ha constituido en un recurso del que se valen muchos negocios. ProConsumidor ha exigido que las promociones sean precisas y definan la cantidad de artículos disponibles en una oferta, así como la duración de la misma. Creo falta añadir que, si el artículo se agota durante el tiempo estipulado en la oferta, el cliente que lo procure sea compensado con un “rain check”, o compromiso de venderle el artículo en el precio de oferta cuando llegue nuevamente.

Pues bien, retornando a lo de “Ciertas Restricciones Aplican”, traducido del inglés tal cual (yo hubiera cambiado la palabra “restricciones”), se trata de un escudo donde se puede esconder el truco o la mala fe de un empresario que anuncia algo atractivo, pero, cuando el cliente llega y pregunta, se encuentra con que debe cumplir un número de condicionantes para las cuales, probablemente, no califique, provocándole frustración, desaliento y hasta daños sicológicos.

Una institución financiera, p.e., puede lanzar una campaña publicitaria ofertando préstamos a una tasa increíblemente baja y coloca al final la famosa frase que esconderá una serie de requisitos no publicados, sin los cuales será imposible acceder a la oferta.

Es por eso que sugiero a ProConsumidor, obligar a toda publicidad que haga uso de la condicionante de marras, indicar al lado de la misma que esas restricciones pueden encontrarse en la página web de la entidad ofertante y que, efectivamente, se puedan leer allí detalladamente obviando la necesidad de que el cliente tenga que moverse hacia el local del anunciante, en caso de que esas restricciones lo excluyan por alguna de las exigencias enunciadas.

Esta medida sería saludable, tanto para el negocio como para el cliente, porque evitaría los malos entendidos, las quejas en el punto de venta y las frustraciones de consumidores que no retornarían como clientes.