Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

OTEANDO

El simple nace, no se hace

Ser simple para el análisis no tiene prerrequisitos. No hay un manual que enseñe cómo desempeñarse con simpleza. No se aprende a ser simple, se es y nada más, sin que de ello se derive ningún castigo físico ni apremio corporal, por ejemplo. Partiendo de eso pudiéramos decir: “el simple nace, no se hace”.

Para lo que sí existen muchos prerrequisitos es para pensar con sentido crítico. Ser crítico supone un gran acervo cultural, conocimiento especializado, actitud dialéctica, objetividad, y sobre todo, un gran sentido selectivo que permita al ser pensante -sobre todo si oposición pretende hacer- ganar, incluso, la admiración de los demás a partir de su aptitud para escoger como temas de observación, de estudio u opinión aquellos de más trascendencia y que despiertan en su medio mayor interés.

En la República Dominicana existen algunos comunicadores, y políticos de oposición, cuyo maltrecho sentido selectivo los hace dar tumbos en su labor de escoger temas de trascendencia que favorezcan un deterioro de la estima pública de que disfruta el gobierno. Porque, como escribí la semana pasada, la cosa se pone dura a la hora de identificar brechas dejadas por el gobierno en su labor de proveimiento de bienes públicos y en la transparencia observada en su desempeño, factores que disminuyen la posibilidad de que los ciudadanos se sientan desamparados, y por vía de consecuencia, decidan cambiar de rumbo a la hora de elegir qué partido se queda o llega al palacio.

Primero intentan interpelar al director de la Policía Nacional, luego se ocupan de hacer una denuncia de algo manido sobre el pago de publicidad por parte del gobierno central a favor de compañías pertenecientes a Joao Santana y su esposa Mónica Moura, arguyendo que hay pagos hechos después de que estos estaban en prisión y fingiendo ignorar la separación legal existente entre los socios de una sociedad comercial y la sociedad misma en tanto personas (física y moral). Del palacio les baja la respuesta del coherente y responsable José Ramón Peralta; pero, no conformes, se vuelcan a denunciar unas filtraciones de agua en el techo de un hospital, y luego, el parecido de un busto con el presidente Danilo Medina, pretendiendo con ello, de forma mezquina y desacertada, hacer creer al país que vivimos una época de egolatría presidencial y adulonería ciudadana, desarrolladas a partir de una “estrategia” palaciega para, subliminalmente, meter en los marcos cognitivos de la población la figura del Presidente con fines de continuidad.

Si como dije la semana pasada, el desempeño del actual gobierno en materia de realizaciones constituye un impedimento para un reposicionamiento (crecimiento) de la oposición, más lo constituye la propia ineptitud de esa oposición -deducida de su falta de olfato político y de sentido crítico- para identificar correctamente dónde están los temas con relevancia política suficiente como para erosionar la imagen del gobierno. ¿Quién fue que dijo a los amargados opositores del gobierno que los rasgos desacertados de un busto van a torcer el rumbo de la civilización occidental? ¿Quién dijo a los mismos opositores que unas filtraciones en el techo de un hospital empañarán la impresión que tiene el pueblo acerca de la calidad de las miles de construcciones realizadas por el gobierno a su favor?

Nada más favorable para la democracia que la existencia de una oposición seria, objetiva y certera; pero en mi opinión, por ese camino la oposición se agenciará en su propio perjuicio todo aquello que desea para el gobierno.

El autor es abogado y politólogo.

Tags relacionados