¿...Y los reglamentos?

Como dice la canción de una artista puertorriqueña en insinuación de matrimonio a un famoso dominicano.

Cuando se aprobó, y luego se promulgó, la Ley No. 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial de República Dominicana, sentí una gran satisfacción por tan bella pieza congresual, la misma venía (a mi entender) a paliar los grandes problemas de movilidad vial, en sentido general, en nuestro país, ya que entre “motoristas, patanas y voladoras”, se ha llegado a una pandemia que, luego de la promulgación de dicha Ley, hace 17 meses, han matado y dejado inhabilitadas a más personas que todas las enfermedades catastróficas juntas y aún así no sabemos cuándo se comenzará a aplicar esta ley con todo su peso y ejecutar cada una de sus penas a quienes la infringen, debido a que aún no se han terminado los “reglamentos”, que son el completivo de la misma.

¿Cuántas catástrofes de tránsito más deben ocurrir para que se acelere la elaboración de dichos reglamentos o que se apliquen por parte, según se vayan terminando, y así ir sometiendo a la obediencia a estos despiadados “conductores”?

¿Quién responderá?...

El autor es ingeniero civil