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Tengo cita con Almagro en la OEA

El próximo viernes tenemos una cita con el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, OEA, en Washington, en nuestra condición de Presidente del Parlamento Centroamericano. Esta reunión reviste gran importancia para el conjunto de relaciones de los Estados miembros de la OEA que son a la vez, Estados parte del Parlacen. La idea del encuentro reside en la necesidad de apuntalar políticas comunes en relación con proyectos, planteamientos regionales y acuerdos de cooperación en el marco hemisférico de la lucha por la integración, preservación de la paz, el entendimiento entre órganos comunitarios que propician objetivos sociales, así como respeto por los valores democráticos. Durante un buen tiempo estuvimos propiciando a través del marco de opiniones críticas, la necesidad de que la OEA pidiera perdón al pueblo dominicano, por la injusta intervención militar norteamericana del 28 de abril de 1965, por la oficialización de parte de este organismo de dicha grosera invasión al crear la “Fuerza Interamericana de Paz”. En el marco de las relaciones diplomáticas de entonces, la OEA era un dócil instrumento de la política norteamericana dentro el esquema de la llamada “guerra fría”.

El movimiento constitucionalista que estalló el 24 de abril de 1965 en una alianza de militares patriotas y pueblo reclamando la reposición del orden constitucional y el retorno al poder del profesor Juan Bosch, violentado por el Golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963, que tronchó nuestra incipiente democracia, fue interrumpido por el desembarco de marines en el momento culminante de ese movimiento popular, cuando las fuerzas golpistas y retrógradas, habían sido derrotadas militarmente en la histórica batalla del puente Duarte. La Fuerza Interamericana de Paz se creó a partir de la Decima Reunión Consultiva de la OEA, el 23 de mayo de 1965 y contó con apoyo infame de los gobiernos entonces de Honduras, Paraguay, Nicaragua, Costa Rica y Brasil. Se opusieron Chile, Perú, México, Uruguay y Ecuador, y se abstuvo Venezuela. Estuvo comandada por un siniestro General brasileño llamado Hugo Panasco Alvin, de triste recordación cuya actividad fundamental radicó en abogar por el exterminio de las fuerzas constitucionalistas. Este Panasco Alvin estuvo involucrado en la primera fase de intento de liquidación del alto mando constitucionalista en el Hotel Matum de Santiago de los Caballeros el 19 de diciembre de 1965, coordinando acciones de los soldados dominicanos al servicio del invasor extranjero. Luego en su país, Panasco, fue figura señera en la represión masiva contra el pueblo brasileño, actuando como brazo homicida de la dictadura militar del general Humberto Castelo Branco. Un dato curioso de la creación de la FIP, es que cuando la administración del presidente Johnson trató de legitimar la invasión a Santo Domingo, involucrando a la OEA para darle carácter multilateral, proponiendo la “Fuerza Interamericana de Paz”, en una reunión de ministros de Relaciones Exteriores, requirió para validar la resolución que la creaba, al menos 14 votos a favor, y solamente se obtuvieron 13 votos. Entonces hicieron votar al representante del gobierno defenestrado del Triunvirato, que no existía legal ni políticamente porque había sido depuesto la mañana del 25 de abril de 1965, pero que además, el señor Bonilla Atiles había renunciado a raíz de la deposición del Triunvirato. Fue con el voto 14, inexistente jurídica y políticamente, del señor Bonilla Atiles, que se consagró aquel desafuero, vergüenza nacional.

La deuda histórica con el pueblo dominicano fue saldada por la OEA durante la celebración de la 46 Asamblea en nuestro país del 13 al 15 de junio del 2016, cuando ese organismo a solicitud del Gobierno dominicano hizo un desagravio al pueblo dominicano por aquella afrenta al honor nacional. Le correspondió al Secretario General de la OEA, Dr. Luis Almagro, encabezar esa propuesta y apoyarla, con el respaldo de toda la comunidad hemisférica, incluido los Estados Unidos que no se opusieron a esa resolución. El recuerdo de la OEA había sido positivo en su actitud de condena a la dictadura trujillista en 1960, en la VI Conferencia de Cancilleres celebrada en San José Costa Rica con la participación de todos los países miembros del organismo regional a diferencia de lo que ocurriría después en 1965.

Vamos a un encuentro de enfoque, análisis y propuestas entre el Parlamento Centroamericano y la OEA, organismo cuyo radio de acción catapulta iniciativas productivas en el esquema regional de integración y en la búsqueda permanente de la paz. Los estados que componen el Parlacen constituyen naciones interesadas en proyectar políticas sociales y económicas que promuevan el entendimiento y el progreso material de los pueblos. El Parlacen nace con vocación de paz y unidad de propósitos tras la consecución de acuerdos productivos y esencialmente integradores. Los conflictos deben ser resueltos por medio del diálogo, de la concertación, de la lucha por la paz, y jamás deben ser entes desestabilizadores del orden pactado y validado por el ejercicio democrático del voto, en la medida en que sean garantizados los derechos políticos y sociales de la población. Nuestra reunión del viernes en Washington con el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, Dr. Luis Almagro, será una reunión progresista y de alcance democrático esencial. Estaré acompañado durante esa visita, por los vicepresidentes del Parlacen, Larisa Colindres de Nicaragua, Jaime Martínez de Guatemala, Claudio Marte de Rep. Dom, y por el asesor de la Presidencia, Fausto Liz.

El Secretario General de la OEA será invitado a los Foros del próximo agosto, que se celebrarán en República Dominicana, y que discutirán temas tan importantes como una política de Equidad de Género, una Estrategia Turística para Centroamérica y el Caribe, y La función de los Partidos Políticos en Centroamérica y el Caribe. Estos Foros serán inaugurados por el presidente Danilo Medina.

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