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ORLANDO DICE

El cuento de la resolución

SI ESTÁ FUERA.- Con Leonel Fernández primero en Chicago y después en México, la disposición de la Junta Central Electoral queda en stand by, pues a quién aplicársela si se dice -en particular sus seguidores- que fue motivada por su activismo, auge y éxito políticos. Sería entonces para cuando vuelva y enseñe de nuevo el anillo del casamiento del 2020. Sin embargo, conviene tener en cuenta la situación, pues siendo una sola parece propia de dos circunstancias. Los estrategas y voceros de Fernández tomaron tan a mal la medida que decidieron desafiarla. Por medios oficiosos informaron que ayer domingo estarían en las calles recogiendo firmas. El recoger firmas no es el problema, y ellos lo saben. Solo que quieren demostrar que no se encogen ni se subordinan a lo que decida el organismo de elecciones. Subvirtiendo normas, las que fueren, de ahora o de antes, pues consideran que ser agresivos es un imperativo, y tal vez el único, para lograr su cometido. Este es un aspecto que se pasa por alto y que podría ser al final decisivo. Una cosa es defender su causa, y por igual postularla, y otra muy diferente provocar al gigante que se supone dormido o impedido de actuarÖ

ESPECIE AL USO.- Los que observan bien advirtieron desde un tiempo que el grupo de Leonel Fernández se muestra más decidido que en ocasiones anteriores. Que no se cuida de las apariencias ni guarda las formas. El gobierno es su objetivo, y de poder echara afuera la presente administración. El temple, que no era propio de Fernández, parece lo contagia, pues los guapos de su entorno tienen su apoyo o aprobación, ya que se hace acompañar de ellos en actividades dentro y fuera del país como un mensaje escrito en el cielo, y por tanto, a la vista de todo el mundo. Lo de la Junta Central Electoral, por ejemplo. La medida va contra todo el establecimiento político, pero solo ellos la toman como personal y como personal la replican. Incluso inventan historias que no se corresponden con la verdad. Me contaban en el fin de semana la especie, echada a correr de manera falsa e interesada, de que la resolución fue redactada en el despacho de Gustavo Montalvo y enviada a la magistrada Carmen Imbert Brugal, quien a su vez entregó a Julio César Castaños para su oficialización. Al leer el nombre y vinculación de Montalvo, e igual de Imbert, se hace fácil saber de dónde proviene la maldad. El mismo sector que acusa a Montalvo de sociedad civil y de patrocinar la haitianización del país.

LAS CINCO CAÍDAS.- El cuento de camino de la resolución redactada por Gustavo Montalvo incluye la votación del pleno. Tres a dos. A favor Julio César Castaños, Carmen Imbert y el sustituto de Henry Mejía, Juan Bautista Cuevas, y en contra Roberto Saladín y Rosario Graciano. Primera caída, puesto que la disposición fue aprobada a unanimidad. Todos los votos fueron positivos. Segunda caída, eso se puede comprobar viendo la página de la Junta Central Electoral donde aparece el facsímil del documento y la rúbrica de los firmantes. Tercera caída, la inquietud o moción fue presentada por Castaños el 19 y se acordó dictarla en el pleno el 20, como finalmente se hizo con la certificación del secretario. No se explica el horror, pero tampoco el asombro, pues la misma JCE había llamado la atención sobre el mismo punto hace cosa de un año, como algunos medios se han ocupado de recordar. Cuarta caída, ya que no puede hablarse de palo acechado ni sospecharse de una posición reiterada, como si fuera de principio. Además, ese parecer, y sería la quinta caída, es no conocer el temperamento del pleno, la filosofía de la actual gestión y la relación entre Castaños y Fernández. Dicen los enterados que en una ocasión Fernández estuvo más inclinado a Castaños que a Roberto Rosario, su compañero de partido y quien finalmente presidió el organismo.

LECTURA AL REVÉS.- En los tiempos de Concho Primo la guardia leía al revés, y lo hacía porque era autoritaria e ignara. Lo que no se entiende es que en este tiempo de democracia los civiles hagan como la guardia antigua y lean al revés textos redactados bien derechos. Por ejemplo, se cree o quiere hacerse creer que el documento de Leonel Fernández sobre la disposición de la Junta Central Electoral, es de insurgencia, de réplica y de rebeldía. El mismo tiene dos tiempos. Uno de acogimiento y otro de aclaración. Fernández reconoce el poder reglamentario, el ánimo de la gente respecto a las campañas y la intención del organismo. Solo que explica que para tener validez “requeriría de un fundamento legal”. Y dice más. En el último párrafo señala: “ Reiteramos compartir... sus buenas intenciones de establecer mecanismos de regulación, pero como en estos momentos no existeÖ, nos ponemos a su disposición para reflexionar sobre el tema e impulsar la aprobación de una ley de partidos que contemple disposiciones sobre este particular”. Fernández no descalifica a los integrantes de la JCE ni los manda a meter preso. Simplemente le hace una observación que puede originar un debate, nada nuevo ni grave, pues las constituciones se escriben y aprueban para que sean objeto de interpretaciones. Los constitucionalistas tienen derecho a comer.

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