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PUNTO DE MIRA

Hay un callejero juicio Odebrecht

Hay quienes piensan que el juicio por el caso Odebrecht es como coser y cantar, pero no es así. Según el legajo arrimado ante el juez que inicia el proceso, miles de presuntas pruebas deben ser estudiadas por los abogados de los acusados. Y esto es el principio. La experiencia indica que estos casos duran años. Los imputados se defienden como gatos boca arriba.

Son muchos que estarán en el banquillo en defensa de su honra y en virtud de esto buscarán todos los resquicios por donde se pueda colar una objeción. Además, que diestros juristas estarán afinando sus miras para cazar cualquier falta o falla inserta en el expediente acusatorio.

Este caso, sin ninguna duda, es un pulso jurídico entre la Procuraduría y los abogados de la defensa. Unos y otros tendrán que demostrar la validez de sus argumentos para convencer a los jueces. Si el expediente es flojo o insostenible no será culpa de un juez abonar el descargo.

En cambio, si es fuerte, con pruebas contundentes de los delitos atribuidos a los acusados, la condena sería la resultante de un buen trabajo. A mi entender el caso comenzó mal porque presionado por el circo exterior el procurador general de la República comenzó a batir molinetes en todas direcciones manchando con el barro de la sospecha a todo el que estaba en línea de tiro. No tengo culpables ni inocentes. Ya está en el ámbito de la justicia y allí debe debatirse, pero creo iba primero la investigación y con las pruebas iniciar las acusaciones.

No hay dinero para lavar la vergüenza de los presuntos implicados que ahora fueron dejados al margen. El principio que reza que “acusar no es probar” no viene con detergente para lavar la honra. El procurador debe saber que este es el caso de su vida y manejarse con prudencia debió ser su línea de trabajo. Si la emoción que lo embargó cuando le cayó esa papa caliente le nubló el juicio, él será la tablita de picar carne. Se dice que no están los que son, que al proceso está politizado y que son insuficientes las pruebas. Mientras, el procurador difunde el presunto soborno de millones de pesos y dólares a los imputados en busca de un juicio fuera del tribunal. Se está condenando a los acusados viciando de antemano el resultado.

Pero falta mucho para la sentencia.

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