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PUNTO DE MIRA

El PRSC y el PRD en el crepúsculo

Ya es algo cotidiano que en los partidos PRSC y PRD se produzcan movimientos convulsivos que en forma de sentencia van y vienen del Tribunal Electoral.

Grupos y dirigentes individuales pugnan por sobresalir en dos partidos que se atomizan al tiempo que vemos pasar sus años de gloria. Ambas instituciones aún son importantes como refuerzos para los dos contendientes que brillan en el escenario con candidatos que pugnan una y otra vez por ceñirse la banda tricolor.

Lo que ocurre en el PRSC es una agonía lenta, es una marcha hacia el crepúsculo que inició con Joaquín Balaguer en vida. La última actuación exitosa fue cuando el líder de ese partido ganó la presidencia con Jacinto Peynado como compañero de fórmula. Después se alejó de éste cuando se lanzo a la presidencia de la República y en la segunda vuelta pactó con el PLD, que así saltó a la primera división dejando a José Francisco Peña Gómez con una inesperada derrota.

No obstante y a pesar de esa derrota del PRSC, su anciano líder, despreciando sus incapacidades de todo tipo, se lanzó a una descabellada campaña presidencial para luego impedir la segunda vuelta dando como ganador a Hipólito Mejía, del PRD, quien no alcanzó el porcentaje de sufragios de ley. Se cree que con su alianza con el PLD pagaba la deuda de haberle robado unas elecciones a Juan Bosch y luego retribuyó al PRD por el denunciado fraude contra Peña Gómez. En campañas sucesivas saldó dos deudas del juego político.

Esas derrotas marcaron el principio del fin. Los herederos de Balaguer se bifurcaron en apoyo al PRD y PLD, incluso uno de sus más habilidosos dirigentes, Amable Aristy Castro terminó por comprar la franquicia de Andrés Vanderhorst, La Estructura, para así tener su propia casa de negocios.

El ocaso de ambas organizaciones eran previsibles, sobre todo porque Balaguer no dejó heredero en el PRSC, y el PRD el cáncer de la lucha interna se lo comía por dentro. El partido blanco descendió de un cuatrienio a otro de ser principal partido nacional a ser parcela que hizo una venta en flor de su casilla número uno, decorándola con un marco de 30 monedas para orlar la reelección de Danilo Medina. El resultado fue un quinto lugar en las elecciones. Pero merced al pacto obtuvo unas rabizas de poder.

En días pasados Quique Antún, líder del PRSC y de la cuarta posición en la lista de éxitos, motorizó unas elecciones que lo confirman como presidente de esa colectividad en tanto que Miguel Vargas Maldonado lidia con desarticular su ovillo ante una sentencia del TSE que le devuelve a Guido Gómez para que siga como su incordio designado.

Vargas Maldonado es dueño del PRD y se podría considerar que los dos partidos podrían ser aliados del PLD en el 2020 en la continuación de su corrida final.

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