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ORLANDO DICE

El asiento del poder

EL OTRO PODER.- Los políticos dominicanos creen que el poder reside en el Palacio Nacional, y no en la recámara de un fusil como dijo Mao Tse Tung, o en las cámaras legislativas o en los ayuntamientos. Poder es el Ejecutivo, y lo demás es lo demás. El zorro Joaquín Balaguer no pensaba así, y cuando perdió de Antonio Guzmán en 1978 no desalojó hasta que se le concedió el control del Senado de la República. Esa situación fue negociada bajo cuerda y es de los pasajes de la historia política dominicana pendiente de esclarecer en detalles. Aunque lo que interesa es que Balaguer consideró entonces, y antes y después, el dominio de las cámaras legislativas como un elemento decisivo de poder. Leonel Fernández se dio de narices con esa realidad cuando en su primera administración se vio impedido de llevar a cabo muchas de sus iniciativas porque la mayoría -que llamó mecánica- estaba en manos del PRD. De ahí que el PLD se dedicara a variar esa correlación de fuerzas y lograra esa mayoría en comicios posteriores. Danilo Medina fue de la misma opinión, y ya dentro del PLD se preocupó en superar a Fernández. Esa es la realidad de estos días, un PLD fuerte en el Congreso Nacional, y un Medina en ventaja frente a Fernández. Tal vez no puede imponer, pero tampoco se le puede avasallar...

TODOS DE TODOS.- Si Danilo Medina hubiera creído que con la presidencia o el Ejecutivo era suficiente, ahora, con la cuestión de las primarias o Ley de Partidos, Leonel Fernández se lo come vivo. Pero no, cuidó ese costado, y lo hizo con Fernández presidente, y también en su propia gestión. Tiene mayoría ahora en el interregno 2016-2020 porque la tuvo en el período 2012-2016. El pronto olvido relega al fondo de la memoria que en el 2016 la reelección fue colectiva, y que así como el Presidente se hizo con otro mandato, igual senadores y diputados del PLD. E incluso del PRD que, al asociarse, sacó lo que se llama colita. Así que repitieron senadores y diputados de Fernández, que eran minoría, y también de Medina, entonces y ahora mayoría. El dato es importante retenerlo, pues la política nunca se para, siempre sobre la marcha, aunque no sean iguales las circunstancias. La Ley de Partidos parece que saldrá a camino, y saldrá porque Leonel Fernández y Danilo Medina se pondrán de acuerdo, y ese acuerdo será suficiente, y de no serlo, el poder del Palacio Nacional hará lo que se supone hace cuando tiene soga y árbol para el ahorcado. Tiene el poder maneras que solo el poder conoce, y como siempre se le denuncia, que lo haga no será extraordinario o cosa que nunca antes se hubiera hechoÖ

EL OTRO PLAZO.- Los peledeístas andan en estos días en las lides de primarias abiertas y cerradas, pero ninguno olvida que el plazo de las elecciones es de los que se cumplen. En mayo del 2020 habrá comicios para senadores y diputados, y ese es un punto a tener en cuenta, al margen de lo que se decida a nivel presidencial. ¿Se mantendrá o no el acuerdo del 2016 que favoreció la reelección de los senadores y diputados de Leonel Fernández y Danilo Medina, o todos -los de uno y los del otro- deberán someterse a escrutinio interior? El caso, que deberá empezarse a ver desde ahora, será de gravedad si se considera que ambos otorgan importancia al poder legislativo, a tener fuerza propia en las cámaras, a ser determinantes como grupos en el Congreso Nacional. La vez anterior el Presidente se vio obligado a cargar sobre sus hombros a candidatos que por sí solos no habrían llenado su cometido, y Fernández hizo lo suyo, pero los recursos en manos del Ejecutivo siempre fueron superiores, y no solo en relación a Fernández, sino también a la oposición. Ese aspecto se pierde, nadie lo saca cuenta y mucho menos se restriega en la cara, pero hubo candidatos que si no se montan en la patana del Presidente no consiguen su reelección. Incluso se sospecha que por agradecimiento cambiaron de mando...

INTRIGA, PREOCUPA.- Los afanes de estos días, un poco desbordados, llevan implícita esa preocupación. No es una intriga que impida dormir, pero sí que acorta el sueño por las noches. Si habrá fraternidad o convivencia en las candidaturas, por lo menos a nivel de senador, o si cada cual -persona o grupo- librará su propia lucha. Lo de primarias abiertas y primarias cerradas tendrá su importancia. Aunque parezca increíble, hay senadores del bando de Leonel Fernández, que aspiran repetir, a los que iría mejor en una consulta abierta que cerrada. Tienen un trabajo hecho en la provincia, se bastan por sí solos en la población y la competencia de fuera por ahora no podría superarlos. Ahora, si tienen que confrontarse con sus compañeros del otro grupo, y en un escrutinio cerrado, la victoria fácil entraría en trance difícil. Los recursos que se impusieron en pujas anteriores volverían por sus fueros, y así como decían los latinos que el hombre era un lobo para el hombre, el compañero de partido sería implacable. No se pensaría en senadores del partido, sino de Fernández o de Medina. Si se dice que la política no tiene entrañas, se podría comprobar si no existe acuerdo previo o los rencores se salen de madre. La flecha está en el aire...

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