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PUNTO DE MIRA

Pilarín duerme en la Cancillería

l que sueña con situaciones irrealizables se le emparenta con Pilarín, mas desconozco si hay reales lazos entre el personaje y Miguel Vargas Maldonado, quien, amodorrado en su despacho de la Cancillería, ve un PRD fuerte entroncado en la primera fila del debate político.

El presidente del partido blanco tiene años navegando en las procelosas aguas del desconcierto. Bajo su mando la entidad se ha achicado merced de las conspiraciones, los desaciertos históricos y las ambiciones a corto plazo. Vargas Maldonado sostiene en sus manos un trozo de algodón dulce que, aunque no lo coman, se deshace.

Esa es una realidad consciente entre sus legisladores. Están empapados de certidumbre y cada uno busca lo que se puede. Par de años atrás se lanzaron a soportar a Danilo Medina, aunque lideraba la acera de enfrente, pero era quien exhibía un abultado bolsillo comprando brazos para el congreso, como braceros para la zafra de sus conocidos propósitos. Sabían que esos no eran cantos de sirena y formaron un tropel que arrastró a Vargas Maldonado a pactar con otra repostulacion.

Ese maridaje de vino tinto con carne roja se mantiene entre los congresistas del PRD. El continuismo que anima a Danilo Medina es redituable y Miguel Vargas lo sabe. La realidad golpea en la cara al adusto presidente del PRD. Vivió la situación de repostulacion o se quedaba sin partido. Nuevamente enterraba las peroratas del negro líder del partido blanco. En el 2004 Miguel Vargas le hizo una finta a la prosapia y se fue en apoyo de Hipólito Mejía, sacándole el cuerpo a su carnal Hatuey De Camps. Encarnó el dicho que el amor y el interés no viajan en el mismo tren.

Miguel Vargas se aferra a cualquier artilugio que le permita mantenerse a flote. Tiene mucho tiempo navegando en crisis viendo naufragar muchos propósitos. Ya hace mucho que tomó partido por el poder cuál que sea quien lo encabece.

Que el PRD llegó al punto de ser partido bisagra no es algo que le preocupe a Vargas Maldonado. Es político y vende ilusiones. Quizá hasta se cree sus propias fantasías de que tendrá candidaturas propias en todo el país y volverán a ser sístole o diástole en el corazón del pueblo.

La alianza del PRD con el danilismo le da aliento económico, pero resta popularidad.

Sin embargo, en la Cancillería, Pilarín bosteza y piensa que soñar cuesta nada.

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