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¡Vacunas para todos!

A las dificultades presupuestarias de los gobiernos de los países pobres para proteger a los niños y adolescentes de peligrosas enfermedades transmisibles, se ha sumado la desidia de los padres y tutores. Para contribuir al cumplimiento de los objetivos de salud globales, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva a cabo una semana mundial y regional de vacunación y lo hace anualmente.

A las ediciones XVIava. y VIIma. de estas semanas de “Vacunación de Las Américas” y “Mundial de Vacunación” (SMV), respectivamente, se ha integrado el Ministerio de Salud. La jornada se lleva a cabo en el país desde anteayer 24 y se extenderá hasta el próximo 30 de abril, 2018, período durante el cual se debe aprovechar para vacunar a los hijos, a los adolescentes y a los mayores.

La OMS ódel quien esperamos haya suplido las vacunasó, dice que ayuda a los países del tercer mundo a obtener resultados progresivos en el control de enfermedades transmisibles.

Según el Ministerio de Salud Pública, la poliomielitis salvaje fue erradicada de nuestro país por los gobiernos y funcionarios de salud de los años 80; según la misma fuente, las autoridades actuales recibieron un país libre o casi libre de sarampión y rubeola, de ellas no se reportan casos desde 2013 y 2015, respectivamente.

Las autoridades de salud se han integrado a Jornada de la OMS focalizando la continuidad del proceso de vacunación de niñas de 9 y 10 años de edad iniciado en abril del 2016. Ahora han incluido a inmigrantes, embarazadas, adultos mayores y trabajadores de la salud. El objetivo es protegerlos contra difteria, tétanos, sarampión, rubeola, hepatitis B y el cáncer Cérvico Uterino causado por el Virus del Papiloma Humano (VPH).

Los responsables del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), encargados de la Jornada, han dejado fuera de este beneficio a los niños, algo que desdice los objetivos de Salud Pública porque ¿con qué derecho o bajo cuál argumento se los excluye del derecho a la salud? Enfermedades como la Difteria no distinguen entre varones y hembras. Peor aún, los casos de infecciones por el VPH en varones están en aumento. Deseamos pensar que se trata de un desliz discursivo o de comunicación y que las vacunas están disponibles para todos, sin distinción de ninguna especie.

Según el Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos (ODC, por sus siglas en inglés), “Los médicos y otros expertos en salud recomiendan vacunar contra el VPH a los niños varones y las niñas a los 11 o 12 años”. La ministra de salud ha querido aumentar esta cobertura al incluir a las niñas entre 9 y 10 años de edad, antes de que tengan contactos sexuales y se contagien porque una vez contraído, el VPH permanecerá en sus cuerpos para siempre.

Al excluir a los niños, se torpedea el logro de objetivos. Se crea un talón de Aquiles al deber, necesario y urgente, de proteger a las niñas, los niños y los adolescentes.

Es inaceptable que funcionarios de tercer nivel expongan el éxito de las políticas públicas.

Una política pública de salud, incluyendo la vacunación, debe ser concebida y expresada veraz y objetivamente, cónsona con las estadísticas nacionales que el gobierno pone a disposición de la población y de sus propias instituciones, en este caso a través del organismo vinculante. Especialmente aquellas que contribuyen a graficar la situación nacional en áreas específicas.

Según cifras oficiales, durante el 2016 nacieron 139,583 niños en la República Dominicana. De estos, 7,530 provinieron de madres haitianas (5.39%); 22,930 de niñas con edad entre 9 y 15 años y 15 y 19 años (16.43%), en tanto los de madres menores de 15 años sumaron 604 (0.43%).

Salud Pública ha explicado su objetivo de proteger a las niñas mucho antes de que tengan experiencias sexuales, algo de gran valor preventivo por lo cada vez más prematuro de estas prácticas.

Sólo en la Provincia Enriquillo, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), “el 50% de los adolescentes y jóvenes en edades de 13 y 20 años han tenido relaciones sexuales al menos una vez” y el 26% de ellos las tuvo con personas diez años mayores. El 11% lo hizo a cambio de dinero u otra retribución. Peor aún, en Barahona, Pedernales, Bahoruco e Independencia el 46% de las mujeres de 20 a 49 años las tuvo antes de los 18 y el 17%, antes de los 15, demostrando lo atinado de la decisión de la ministra de proteger a las niñas contra el VPH desde los 9-10 años.

El rostro familiar nacional que estas cifras abocetan es ensombrecidamente triste y retador. El 88.61% de los nacidos (123,686) son hijos de madres solteras. Un determinante de pobreza y, desde esta, de incivilidad. Sólo las provincias Santo Domingo y el DN produjeron casi el 40% de los nacimientos (39.96%) del período. ¿Con quienes comparten las jóvenes lo que obtienen “chapeando”?

Realidad que sugiere que, junto a la vacunación, se mantenga y amplíe la distribución de condones entre escolares, adolescentes y jóvenes de zonas urbanas y rurales, incluyendo las fronterizas. En las primeras se registraron 120,717 nacimientos, igual al 86.48% de un total nacional en que los varones entre 15 y 19 años son padres en 3,277 nacimientos, el 2.35% del total del período.

La participación de varones con edad entre 15 y 19 años crece hasta el 14.68% de los nacimientos cuando se relaciona con los hijos de mujeres en edades de 15-19 años, informando un alto grado de contacto de las adolescentes (15-19 años) con hombres de más edad. De hecho, el mayor número de nacimientos del 2016 (82,581 o el 59.16%) los engendraron hombres de entre 20 y 34 años.

Indudablemente, también hay que vacunar a los varones.

¡Vacunas para todos!

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