Compromisos

Compromiso, en unas defi niciones muy escuetas del diccionario de la Academia Española, nos dice que es una obligación contraída, una obligación firme.

Un hombre y una mujer, cuando se casan, aceptan el compromiso de fundar un hogar, a no ser que uno de los dos mienta. En tal caso, entonces son dos mentirosos, con un compromiso basado en la mentira. Ahora bien, un compromiso en serio es una obligación contraída y una obligación que es de palabra muchas veces; las palabras dadas comprometen a uno aunque no quiera.

Por eso el compromiso nos lleva a pensar y a responsabilizarnos, por ejemplo, del trabajo, a responsabilizarnos de la familia.

También todos tenemos una responsabilidad social, por eso podemos decir con toda verdad: todo ser humano, y por tanto todo cristiano, por el hecho de ser humano y de ser cristiano, está llamado a comprometerse también concretamente en las realidades humanas y sociales.

El que diga “a mí no me interesa la política”, “a mí no me interesa mi hermano que sufre o que no sufre”…; el compromiso familiar, el compromiso personal, el compromiso de tu palabra y el compromiso con los demás, son compromisos que, aunque no se piense en ellos, nos obligan a todos, porque todos vivimos en esta vida y todos sentimos que otros se han comprometido con nosotros.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.