UN MOMENTO
Los intolerantes
Volvamos de nuevo al tema de la intolerancia. La intolerancia hay que trabajarla continuamente.
¡Cuántas guerras surgen por la intolerancia, cuánta violencia surge porque se cierran las personas y se pelean entre sí! Intolerancia política: no se respetan las diferencias políticas y se habla mal del otro político por la intolerancia; intolerancia religiosa: respetar los credos diferentes que se tienen, los unos y los otros.
Cuando se habla mal de otra persona, cuando se denigra a cualquier grupo, eso es intolerancia; intolerancia en la ética y en el respeto a las personas, a las diferentes maneras de pensar. Se puede discutir, se puede llegar a decirle a una persona, y debe ser así: no estoy de acuerdo contigo, pero te amo. Hay personas que no están de acuerdo con el otro y se pelean y sale la violencia. Lo correcto es “no estoy de acuerdo contigo, pero yo te amo, te respeto y te tengo en cuenta”. Esa es la vida humana, y para esto yo repito: el intolerante no es por ser religioso o por ser político, es algo que tiene dentro y lo saca en la política, en la religión, en la ética y en las conversaciones.
La intolerancia, no es por el partido al que se pertenece -estoy repitiendo- , o por la congregación religiosa a la que se pertenece: la intolerancia está en uno y muchas veces en el hogar.
Hay que trabajar contra la intolerancia.
Ser uno mismo y ser respetuoso de los demás y de las opiniones de los demás. El que lo hace así, no se equivoca, pero hay que trabajarlo.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.