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DAR EL EJEMPLO

El llamado del papa Francisco

El domingo próximo inicia oficialmente la celebración de la Semana Santa y con ella una agenda cargada de actividades vinculadas a la fé Católica, que cada año recuerda la muerte y Crucifixion de nuestro Señor Jesucristo.

A propósito de esta fecha, el papa Francisco pronunció su tradicional mensaje alusivo a la Cuaresma, el cual inicia con una frase bíblica que resume la esencia de lo que entiende debe significar esta época.

“Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría”. De este modo, el papa llama a la Iglesia vivir a plenitud este tiempo de Gracia, que será siempre propicio para establecer un reencuentro con Jesús y reflexionar sobre nuestra actitud frente al mundo.

Específicamente, quiero hacer énfasis en la observación que hace el santo padre en torno a los falsos profetas y las formas que asumen para concretizar sus objetivos. En este contexto, Francisco los compara con encantadores de serpientes, que explotan y sacan el mayor provecho a las emociones humanas para manipular a su antojo a las personas.

“Cada uno de nosotros, por tanto, está llamado a discernir y a examinar en su corazón si se siente amenazado por las mentiras de estos falsos profetas”, subraya en su mensaje el papa.

En este contexto, se hizo igualmente las siguientes preguntas: ¿cómo se enfría en nosotros la caridad? ¿Cuáles son las señales que nos indican que el amor corre el riesgo de apagarse en nosotros?

Por esta razón, inicia su reflexión de Cuaresma con la frase extraída de Mateo 24-12, porque deja ver su preocupación por el derrotero que ha tomado la humanidad, donde sentimientos como el egoísmo, la envidia, la falta de sensibilidad ante las Perturbaciones ajenas son parte de un escenario dantesco que promueve el desorden y la desunión.

El papa nos advierte que la falta de caridad se refleja en gran medida por el amor excesivo al dinero, hacia el placer que produce tener acceso a lo que para muchos encarna la materialización de su felicidad.

“Cuántos hombres y mujeres viven como encantados por la ilusión del dinero, que los hace en realidad esclavos del lucro o de intereses mezquinos”, vuelve a preguntar el sumo pontífice.

Es por eso que invita a mirar con detenimiento el sentido de esta celebración, confiados en que Dios siempre nos dará una nueva oportunidad para recomenzar y reencausar nuestro amor al prójimo.

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