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ORLANDO DICE

El PLD y sus aspirantes

CATEQUESIS.- Tenían la ropa blanca y la vela pero no estaban totalmente preparados para hacer la primera comunión, aun cuando sabían que la iglesia estaba abierta y el cura esperando con la hostia en la mano. Los aspirantes oficialistas no están en condiciones de arrancar, de sacar cabeza. Y la verdad que no es fácil hacerlo. No es como buscarse un paracaídas y lanzarse al vacío. Abajo lo estarán esperando tropas con buen entrenamiento, experiencia de combate y veteranía en el campo de batalla. Leonel Fernández es el oponente a vencer. Con tres triunfos y tres medias campañas, dos fallidas y una en proceso, para un total de seis. Además de recursos -- que se asegura -- incontables. Si se provocara a un seguidor de Fernández, diría su parte. El grupo está listo para competir con cualquiera de los nominados. El leonelismo lleva meses corriendo solo y confiado en su capacidad. La única preocupación era Danilo Medina, y éste - al parecer -- se echa a un lado. Aunque de seguro reservan ganas especiales para Reinaldo Pared, ahora, como para Temistocles Montás, desde antes. Habrá que ver su ánimo respecto a Gonzalo Castillo, Francisco Domínguez Brito y Andrés Navarro, y de igual modo Francisco Javier García y Carlos Amarante. Esto es, los ministros...

¿CÓMO HARÁN?- La gente espera ansiosa que los oficialistas presenten armas para medir sus posibilidades. Si montarán un coro, harán corro o cada cual asumirá su causa como propia, interpretando la circunstancia como un round robin político. Deberán luchar unos contra otros y decidir al final cuál de los siete estará en mejores condiciones para representar los intereses de la administración. La lógica más simple impone que sea uno, pues la dispersión afecta las posibilidades. Del mismo que se dice que la unión hace la fuerza, la división, debilita. Tendrán que ser en lo inmediato lo que realmente son: el producto de una preocupación. Una táctica de medio tiempo. Danilo Medina teme que Leonel Fernández se cobre las afrentas y descalifique su gestión de manera tan perversa que dañe su legado. Sabe lo que hablan unos, que no se cuidan, o ve actuar a otros, que no disimulan, y no tiene dudas del destino que le aguarda si esos compañeros recuperan el poder. La aparente renuncia a forzar situaciones, o ese dejar que los acontecimientos fluyan, tiene a su juicio un merito que teme no le reconozcan. Debe por tanto evitar la humillación de un sucesor mezquino. Necesita que el poder quede en manos amigas, casi suyas, y así no se eche a perder la obra que con tanta paciencia y esfuerzo levantó...

NUEVO PANORAMA.- Los seguidores de Leonel Fernández no lo dicen, pero no hay dudas de que el nuevo panorama obliga a hacer ajustes después de tener una estrategia montada. No será igual enfrentar a siete que a uno, y discernir en el grupo tampoco será fácil. Contra Danilo Medina los hechos corrían solos, aun cuando sería el Estado en su más pura expresión. Además de que se contaría con aliados ocasionales, pues existía la posibilidad de un frente común, por lo menos durante la campaña interna. Azuzar con la reelección, o constituirse en guardián de la Constitución, era una estrategia adecuada. Incluso válida y en movimiento, pues se denunciaba el propósito de continuar como una dictadura. Ahora, congelada la reelección en primera persona, descartada la dictadura, lo que sería el plan A pasará a un segundo plano. Al tapete iría entonces el plan B, del que no se conocen detalles, y que serían los acomodos que deberá hacer El Grupo Leonel. Aun cuando siga recogiendo y registrando firmas e intrigando casa por casa a los compañeros del partido que no han probado las mieles del poder. Falta un extra, y ese extra no será fácil de conseguir, a menos que se haga lo que siempre se ha hecho: el entendimiento a media luz. Por ejemplo, si el candidato es Leonel Fernández, la vicepresidenta no puede ser Margarita Cedeño. Por ahí podría entrarle agua al coco...

SITUACIÓN INSINUANTE.- La nueva situación torna insinuante el panorama interno del PLD. Las preguntas no huelgan, son necesarias ¿La estrategia se dará de conjunto o individual, habrá un director de escena o el teatro quedará a disposición del más taquillero? No es lo mismo que a Leonel Fernández le caigan atrás los siete, y cada uno con una encomienda en particular, a que cada cual libre su suerte según su parecer y medios. ¿Dejará Fernández que Los Siete Magníficos adelanten movimientos o se ocupará de marcar pautas en una competencia en que se supone lleva ventaja? La encuesta no dijo ni tenía que decir, pues solo mide lo que se contrata. Importaban Leonel Fernández y Danilo Medina, y las preguntas fueron hechas con esa intención. Todavía no se conoce una medición que rinda un resultado diferente al procurado. Además de que el escrutinio no podía escapar de la trampa del propio PLD. Si los peledeístas se dividen entre Medina y Fernández, la encuesta no podía desconocer ese orden de simpatía. Margarita Cedeño, como siempre, es la moña que hace más elegante el regalo. Pero que igual dice. Preferencia de tres o entre tres significa que los espacios no son definitivos, y que de rodarse cabrían más. Eso es lo que está por verse, y se verá cuando salgan a camino. Si aguantan el fuerte de la brisa o se llenan de polvo...

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