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Cuando otro café llegó

Conocí a Rafael Perelló cuando en el mercado apareció una marca de café que con agresivo ímpetu mercadológico y publicitario, pretendió morder no solo una buena tajada del gran pastel que, sin competencia, disfrutaba Industrias Banilejas, sino comerse todo el pastel.

Para entonces, Bernardo Bergés y yo éramos socios en la publicidad y me pidió respaldo creativo para dar servicio a su cliente de largos años, ahora más necesitado que nunca de buena estrategia para repeler al implacable agresor. Bajo tales circunstancias, Perelló exigía, tanto como servicio profesional, lealtad absoluta, ya que rondaban agencias y programeros que se ofrecían de un lado y del otro, cual pirañas oportunistas. Bernardo y yo fuimos soldados fieles y así creamos los concursos donde los personajes centrales siempre fueron Freddy Beras, Nany Peña y otros. Algunos recuerdan aquello de “Freddy, ven, que para ti hay también”.

Cuando Perelló decidió bombardear al enemigo en su propio terreno, creó Cartones del Caribe y Fósforos Relámpago. Ahí también desarrollamos campañas (Fósforos Relámpago, prenden al tiroÖy son un tiro).

En esa etapa creamos el clásico navideño “El Coro Indubán, te viene a cantarÖ”, que aún subsiste, así como campañas para el café Indubán Gourmet y algunas otras cosas.

La noche del sábado se enlutó para mí, cuando recibí la llamada que anunciaba la muerte de Rafaelito, porque entre él, sus hermanas y yo, se desarrolló una amistad sometida a toda prueba de fidelidad de mi parte, tanto a ellos, como a Bergés Peña, cuya confianza siempre respeté, aunque yo también poseía agencia de publicidad.

La caficultura dominicana deberá recordar a este que, ante el embate de plagas que hicieron casi desaparecer la agricultura cafetalera, invirtió en el desarrollo de nuevos cultivos inmunes a los enemigos naturales. El empresariado nacional deberá tenerle como referente de trabajador a toda hora; desarrollador dinámico y consolidador de la unidad familiar, pero sobre todo amigo cuando decía ser amigo. Y nada tiene más valor que eso.

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