Detector de verdades

Vivimos en un mundo donde la confianza se encuentra en vías de extinción, de ahí, que un detector de mentiras o polígrafo sería de utilidad para revelar cuando se falta a esta. Sin embargo, más que este detector de mentiras se necesita uno de verdades, aunque sería un contrasentido por una razón muy simple, la verdad no merece ser cuestionada.

Cuando se olvida o descuida adrede aspectos del pasado que construyen el presente y ayudan a tener una visión clara del futuro, no hay forma de ser coherente con la verdad revelada en el ámbito del desarrollo de la personalidad.

En el campo de la verdad controvertida hay un riesgo que no tiene compensación, principalmente cuando esta no es remozada por la sinceridad y fermentada por la autenticidad en las variadas y conflictivas situaciones que se presentan a lo largo de la existencia.

El angustiante comportamiento de enmascarar la mentira con verdades aparentes nunca traerá paz a un corazón agobiado por la inseguridad y la pérdida de la capacidad de asombro.

Al efecto, un detector de mentiras comprueba la falta de honradez, pero un detector de verdades demuestra la hipocresía y una propensión a la manipulación de sentimientos.