El ‘aduanazo’: otro descaro del oficialismo

El siguiente párrafo es un fragmento de una información periodística publicada en un diario de circulación nacional. “El caso implicó un desfalco de más de RD$100 millones a la Dirección General de Aduanas (DGA), en el 2010, lo que generó un escándalo, por involucrar a hijos de funcionarios y legisladores”.

En diversos medios se publicó que la Dirección de Aduanas se retiró del magno caso mientras se le atribuye anular reveladoras pruebas del mayúsculo expediente.

El retiro de la Dirección de Aduanas confirma su evidente complicidad. Esas decisiones siempre se registran bajo “órdenes superiores”. Nunca se producen por decisión personal del director.

No es verdad que un subalterno actúa por cuenta propia.

El desfalco fue por más de 100 millones de pesos a la Dirección de Aduanas. O sea, fue al patrimonio de los dominicanos.

Al involucrarse hijos de funcionarios y legisladores, el escándalo fue más sonoro. Ahí se explican los largos años que lleva el caso en los tribunales, agravado ahora con una sentencia mostrenca.

En Santiago se ha destapado un reguero de severas críticas y comentarios de repudio a una sentencia demostrativa de que mataron a la ética judicial en este país.

Los funcionarios y el elenco oficialista habrían declarado “rumba abierta para baile” y celebrado la sentencia “a ritmo de carnaval” con dinero público.

Esa es la enésima prueba de que, además de matar la ética judicial, el aparataje instalado se orienta a enriquecer a los politiqueros morados, parientes y amistades.

Recientemente apresaron a un expresidente de Guatemala y varios exministros por actos de corrupción mientras ejercían sus funciones.

Mucho más de un exministro han quedado evidenciados en nuestro país por su ostentado enriquecimiento a costa de los recursos públicos.

Igual acontece con el padre de todos los escándalos, Odebrecht, cuyos “próceres encantados” están en la periferia morada, asechando para entrar en escena, desde que resbale y caiga cualquier incumbente (si no lo empujan).

Estas son evidencias de “la justicia” que muestra otro de los crímenes organizados en República Dominicana. ¿Van a seguir?