Puede ser... pero

Gran satisfacción siento como dominicano al escuchar que más de un millón de compatriotas han salido de la pobreza. La satisfacción es mayor porque el mismo presidente, Danilo Medina, admite que esto solo puede sostenerse en el tiempo, si el Estado sigue trabajando para que así sea.

Eso quiere decir que quien dirige los destinos del país, es consciente de que se tiene que reforzar la política de empleos, afianzar la educación, los programas de salud, educación, seguridad ciudadana y la consolidación de la principal institución de la sociedad: LA FAMILIA. Pero, hay una preocupación en gran parte de la población, es que mientras aplaudimos la salida de la pobreza de más de un millón de personas, vemos cómo entra más de un millón de extranjeros, que SUSTITUYE a aquellos pobres que hoy mejoraron su condición de vida. Hacia allá tienen que mirar nuestras autoridades. Hay que tomar YA medidas urgentes y concretas para que la política migratoria se aplique con efectividad y energía, para frenar la entrada sin control de extranjeros.

Pero ordenar esta nación no es responsabilidad exclusiva del presidente y su equipo gobernante del momento.

También SU PARTIDO (el PLD) es compromisario de que esta sociedad siga con pasos firmes hacia la consolidación de lo positivo logrado hasta hoy. Por eso deben dejar a un lado cualquier diferencia personal y hacer realidad lo que fue la máxima de su creación: SERVIR AL PARTIDO PARA SERVIR AL PUEBLO.

Solo así se le puede hacer frente a las acciones insensatas que ponen en marcha algunos sectores. Lo que pasa hoy en el sector educativo es uno solo de los ejemplos. Lo que está haciendo la Asociación Dominicana Profesores, en la educación básica y la Federación de Profesores de la UASD, en el área universitaria, atenta contra la educación de HOY, pero también contra el futuro de la nación al propiciar la formación de estudiantes y profesionales mediocres.

Ambos sectores educativos solo levantan la bandera de sus reclamos personales. A una sociedad distinta también deben contribuir los empresarios, los políticos que deben abandonar su ambición personal, las iglesias y todos los amantes de la paz. Por eso, los que gobiernan deben y tienen que dar señales claras de unidad y de que saben hacia donde quieren conducir los destinos de una nación, que en elecciones democráticas los puso en sus manos. No basta anunciar la salida de una cantidad de personas de la pobreza, hay que mantenerlos fuera de allí y seguir sacando a muchos más e impedir que otros pobres, provenientes de otro país ocupen esos lugares.