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ORLANDO DICE

La Ley vuelve al Senado

PARTO NATURAL.- La Junta Central Electoral acaba de hacer en 2018 lo que había hecho en años anteriores: someter a la consideración de las cámaras legislativas sus dos proyectos de ley. La de Partidos y la Electoral. Lo hizo a través del Senado, y de entrada la presidencia se muestra dubitativa respecto al procedimiento. Si los envía a la comisión correspondiente, o nombra una comisión especial o se repite la comisión bicameral. Mal asunto. Reinaldo Pared sabía que las piezas iban para el Senado y debió tener pensado con tiempo la forma de manejar el asunto. La experiencia es reciente y no deben cometerse los errores del pasado. Nada de audiencia pública, pues sobre el particular se conocen las opiniones de todos los interesados. Igualmente nada de consulta con los partidos, ya que cada cual tiene sus representantes y estos tendrán ocasión de dar su parecer y votar cuando llegue la ocasión. Nada de comisión conjunta, tampoco, puesto que lo extraordinario falló, y conviene corregir los pasos. Las leyes son importantes, necesarias y apremiantes, pero no hay porqué abandonar la vía normal y aplicar protocolos de circunstancia. Si se sabe como los niños vienen al mundo, que sea parto natural...

SIN MAREO.- Si fuera posible, debieran ponerse las piezas en manos de senadores y diputados que no hayan participado en los anteriores intentos. Los fracasados no tienen derecho y perdieron la ocasión. Además, todos los legisladores conocen lo mismo, pues estuvieron al tanto de lo que se iba discutiendo y acogiendo, aun cuando no fueran miembros de la comisión bicameral. Si el resultado de la bicameral fue un borrón, que ahora sea cuenta nueva. La mucha gente estropeó el propósito, y fue fácil comprobar que hubo más figuración que ciencia. ¿Por qué hay que incluir más de uno de cada partido, sector o tendencia, si con una voz puede oírse todo el grupo? Se supone por igual que los senadores y diputados no serán esta vez muñecos que hablarán por el vientre del ventrílocuo. Que vuelven a escena, recuperan soberanía y hacen el escrutinio, porque las mediaciones, las consultas y los consensos no dieron pie con bola. Si repiten la comisión bicameral, las audiencias públicas, las consultas con el liderazgo de los partidos, afanes conocidos e inútiles, no habrá dudas de que se busca un nuevo tranque. Pues diligencias iguales dan resultado parecido. Y los textos de la Junta Central Electoral son claros. Solo hay que quitar y poner, y mientras menos se quite y se ponga poco, la viabilidad estará garantizada...

¿A QUÉ LA PRISA? .- Llama la atención que el comité Político del PLD haya nombrado el lunes a Monchy Fadul delegado político ante la Junta Central Electoral y a José Manuel Hernández Peguero ante la Dirección de Elecciones, y ya el jueves, dos días después, fueran presentados en sociedad. Lo que se dice friendo y comiendo. Y evidentemente pilas nuevas. Pues se trata de un partido que estuvo un poco a la deriva durante varios meses, sin reunirse y decidir los asuntos que estaban sobre la mesa. No había prisa ni necesidad de acreditar a los flamantes representantes, pues no hay eventos de por medio que apremien, y el organismo se supone trabajando en el cronograma que en su momento discutirá con los partidos. Igual debe decirse que César Pina Toribio entregó, o tenía pensado hacerlo antes de partir a Argentina, todos los papeles y archivos referentes a la labor realizada durante años como delegado político. Ese nuevo ánimo o despertar también se corresponde con la reiteración del comité Político de reunirse el primer lunes de cada mes, y en caso de que haya dificultad ese día, hacerlo en el transcurso de la semana. Esos encuentros mensuales dan la clave del clima interior del partido de gobierno, además de que crean una dinámica hacia afuera que lo lleva a mantenerse a la ofensiva...

DEUS EX MACHINA.- El comité Político del PLD no se reunía porque sabía lo que había entre manos, y de que si sus miembros se veían la cara, tendrían que decirse dos o tres verdades que ya no aguantaban. A Felucho Jiménez se le critica el carácter, que sea impulsivo en ocasiones, pero si no fuera por él las úlceras hicieran estragos. El PLD necesitaba de un pleito de vecinas como el del lunes pasado, en que las partes o entre partes se desahogaran. Las gaticas de María Ramos no convienen en política, y en ocasiones se impone desollar la vaca en el mismo lugar en que se mata. Felucho Jiménez hace de “ deus ex machina ” de manera admirable, y más que imposible sacarle el cuerpo. Leonel Fernández tuvo que abandonar su cómoda posición de moderador y defenderse de una acusación grave. La de querer dividir el partido al ignorar decisiones tomadas por mayoría. Hay que suponer el trance. Un Fernández acostumbrado a ser discursivo, a hablar ante una concurrencia mansa, obligado a hacer de abogado de su propia causa. Pero era necesario a la salud del PLD que se le dijera lo que se le dijo y que replicara de la manera enfática en que lo hizo. Acaso no se dice que a más claridad, mayor amistad. Igual entre compañeros de partido. Si no se da esa confrontación, los resabios y los rencores estuvieran carcomiendo el alma...

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