Freddy Bonnelly o la dignidad después de lo imaginable

Dedicado a: Carlos Sully Bonnelly Valverde, en nombre de cuantos asumimos como pauta y norte la perseverancia de su hermano Freddy.

Siempre resté importancia a la inminencia de que Freddy podía morir y dejarnos sin su verticalidad contra el latrocinio en sus múltiples expresiones.

Sentía la “seguridad” de que Freddy continuaría brotando verdades acerca de la devastación politiquera que azota nuestro pueblo.

Tal cual lo hace su hermano Carlos Sully, Freddy siempre fue agudo en sus señalamientos contra la degradación social y la involución de valores.

Sigue anunciado nuestro homenaje a los dos, porque esos santiagueros lo merecen en todo el concepto del respeto, el aprecio y la amistad.

Hace justo dos años y dos días, los hermanos Freddy y Carlos Sully me entregaron el texto que denominamos Manifiesto Patriótico para conmemorar el 56 aniversario “de la lucha de una generación de jóvenes que se rebelaron contra la tiranía trujillista”.

Plasmaron por escrito sentirse orgullosos porque su lucha no fue en vano al participar “inspirados en la liberación del pueblo”, lo que les permitía “levantar la frente con dignidad”.

Ese dedo en la llaga dice: “Nuestra sociedad padece actualmente una dictadura de partido, y está inmersa en una crisis moral, política, social y económica. Contemplamos con asombro la violencia de cada día, el flagelo del narcotráfico y todo tipo de manifestaciones de delincuencia. Este estado en que vive el país parece ser la estrategia diseñada por un genio del mal”.

Los hermanos Bonnelly Valverde proclamaron la necesidad de “forzar el necesario cambio inspirado en un modelo político democrático y liberador”.

Freddy y Carlos Sully enfatizaron en precisar en el contenido de su manifiesto: “Contrario a una despedida, o una alerta, este documento es un llamado al futuro liderazgo de las generaciones vigentes, para terminar la aberración actual, con tantos políticos corruptos que han corrompido en su asalto al erario público la suerte del país”.

Como ese Manifiesto es tan certero, solo agrego la plena satisfacción de haber tratado a Freddy como hermano, igual como me trato hoy con Carlos Sully.