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La convención decisiva

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Yvelisse Prats-Ramírez de PérezSanto Domingo

El partido en que milito, el Revolucionario Moderno (PRM), está inmerso en un proceso convencional que aunque es interno, puede transformar, no solo su configuración dirigencial y sus estrategias, sino el futuro de la República Dominicana, sobre todo, de la democracia política.

Esta incidencia positiva en el espacio nacional, será aún más impactante, puesto que nuestro partido, desde el punto de vista estrictamente legal, es una organización nueva, fundada hace dos años.

Asumir la tarea de enderezar tantas cosas torcidas, la justicia, el manejo de la deuda, la delincuencia, la desigualdad que se incrementa, pasa por un cambio en las elecciones del 2020 que deben ser limpias, y cuyos resultados expresen inequívocamente la libre voluntad de los votantes.

Como los partidos más antiguos han sido incapaces de asumir esa ingente misión, el PRM debe enfrentar el reto, honrando así nuestra procedencia histórica, ese PRD en manos ahora de mercaderes, no de políticos, pero que se fundó en 1939 para instaurar en nuestro país la democracia que secuestró Trujillo.

Peña Gómez quiso cumplir ese compromiso de los fundadores del PRD, ampliando el ámbito de la democracia tradicional, y añadió la económica y la social: la tridimensional, como la llama Rodrigo Borja.

Peña Gómez afirmaba que los dueños de un partido democrático son sus militantes; en la próxima convención son los militantes, las bases, sin restricción ni presión alguna, quienes deben elegir los compañeros que dirigirán el PRM durante los próximos 4 años, lo que implica conducir al partido en la difícil y desafiante etapa electoral del 2020.

Necesitamos merecer que la confianza y la esperanza de los ciudadanos y ciudadanas nos favorezcan y nos acompañen, movilizándose en una campaña en la que el PLD seguramente hará sus habituales travesuras y trucos.

Para lograr que se produzca esa empatía entre la sociedad civil y nuestro partido, se requiere reforzar algunos elementos, y variar algunas tácticas.

Habrá que demostrar con nuestra presencia y nuestros pronunciamientos, que conocemos, entendemos y compartimos las razones inequívocas de las demandas populares.

Requerimos también formular un Programa del PRM que presente un proyecto de nación, viable, concreto, progresista, y difundirlo ampliamente, con tiempo suficiente para que pueda enriquecerse con las opiniones ciudadanas.

Somos, en cierto modo, un fenómeno político: un partido sin recursos económicos que se formó sin tener siquiera un local donde reunirse, y que pese a los “escáneres”dañados y a la compra de votos y conciencia, obtuvo el segundo lugar, con el 35% de la votación en el año 2016.

Las autoridades que condujeron al PRM en ese trecho difícil cumplieron esa misión exitosamente.

Hoy tenemos un PRM con un padrón sincerizado, una estructura sólida en todo el territorio nacional, un Estatuto que especifica derechos y deberes.

¡Misión cumplida, por parte de quienes fuimos el puente provisional, la transición para llegar a esta Convención ordinaria que legitima la dirección del PRM para el período 2018-2022!

Para que esa dirección que se elegirá el 18 de febrero, tenga no solo autoridad legal, formal, sino también, y sobre todo, moral, debemos empeñarnos todos en dotar la Convención de una transparencia absoluta.

Los votos que se depositen y se cuenten tienen que ser nítidos, pensados, reflexionados y decididos por los/las militantes en pleno ejercicio de sus derechos, como participantes en una elección democrática.

Quienes estamos inscritos en el padrón del partido debemos votar con absoluta independencia, sin presiones. Eso nos dará la fuerza moral para exigir que los comicios nacionales del 2020 se conduzcan de la misma manera.

Votemos por las candidaturas de nuestra preferencia, sin aceptar imposiciones. Los acuerdos reales o supuestos de las cúpulas no nos comprometen, puesto que si se han producido, no fueron consultados con la base.

Ejerzo ese derecho y elijo como mi candidato a la presidencia del PRM a Jesús feris Iglesias.

Demócrata, ciudadano activo, fundador de la juventud del 14 de junio, médico de un hospital público, caminante de la Marcha Verde.

Político con experiencia, sereno, reflexivo. Dialoga, analiza, pero no claudica en sus principios éticos. Y es decente.

Esta decencia es clave en mi decisión de apoyarlo.

Eso lo convierte en la antitesis de muchos políticos locales, en particular los del partido de gobierno.

Para predicar, demandar y lograr que la democracia se recupere en la política, debemos dar ejemplo.

Sólo se puede predicar, demandar y lograr que la decencia impere en la práctica política, dando ejemplo.

Con candidatos ejemplares como el Dr. Jesús Feris Iglesias, y con una votación ejemplar que exprese el libre albedrío de los militantes, la convención del PRM será, decisivamente, un hito de nuestra democracia.

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