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UN MOMENTO

Mortalidad materno infantil

Las causas obstétricas, directas e indirectas, de la Mortalidad Infantil y Materna (MI y MM) en 2016 fueron expuestas por el Ministerio de Salud Pública (MSP), no así la relación que pueda existir entre desempeño médico-hospitalario y esos indicadores que el país afanosamente busca reducir.

Iniciamos recordando que el Boletín #26 de la Dirección General de Epidemiología (Digepi), del MSP (junio 25 a julio 1ro, 2017), marcó el inicio de un proceso involutivo en la reducción de la MM y la MI registradas desde 2015 ya que la MI creció 0.71%. También que el 18 de mayo ódos meses antesó las autoridades habían informado una baja en la MM de 9.2% para el 2016, frente al 2015.

La doctora Guzmán Marcelino lo está logrando óescribimos entoncesó ante las estadísticas: en el boletín 52 (diciembre 25-31, 2015) el indicador MI cerraba con una importante caída: 20.19%, al pasar de 3,407 defunciones infantiles en el 2014 a 2,719.

La información, servida con entusiasmo, se recibió con simpatía por su impacto en la calidad de los servicios de salud. El apoyo presidencial y congresal fueron patentes durante el 2016: decretos, leyes, transferencias de fondos y apertura al diálogo con los gremios de la salud con el objeto de negociar óincluyendo un mejor desempeñoó sus demandas.

Con tal espíritu arrancaron los años 2016 y el 2017, declarados por el MSP De reducción de la MI y la MM, respectivamente. Dado tal entusiasmo, la MI caía nueva vez al cerrar el 2016 y lo hacía en cifras más importantes: 24.71% respecto al 2015, pasando de 3242 a 2441 fallecimientos.

Iniciado el 2017, el MSP estimulaba esa tendencia y fortalecía el compromiso: finalizado el primer trimestre, reunió a los directores nacionales, provinciales, de centro de salud, regiones y distritos. Les presentó los resultados obtenidos en cada nivel. Al concluir, la ministra declaró la ruta-objetivo: llevar la MI y la MM a los niveles requeridos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Desde el 12 de enero el objetivo ministerial para el 2017 enfocó la MM.

Era posible reducirlas. La asignación al MSP del 2017 fue RD$13.31 mil millones (21.29%) mayor que la del 2016. Durante ese año el Servicio Nacional de Salud (SNS) coronó la separación de funciones y recibió su presupuesto. Adicionalmente, la pensión y nombramiento de médicos devino en objetivo ministerial, en tanto el presidente Medina cerraba ese año con el Decreto-puente núm. 371-16, que creaba el Plan Especial Transitorio de Servicios de Salud a favor de los pensionados, jubilados del sector salud y sus dependientes y de los agremiados del Colegio Médico Dominicano (CMD).

Por los insumos estratégicos involucrados y la participación creciente de la salud en el PIB, el logro de estos objetivos de salud parecía blindado. Sin embargo, a medio año la MI dio signos recesivos (-0.71%), al registrar 9 muertes infantiles más que para igual período del 2016 (1258 contra 1267 en 2107, según la Digepi: semana 26, de junio 25 a julio 01, 2017). La involución se incubaba desde abril (boletín #16: 16-22 de abril), cuando la MI creció 6.45% frente a igual semana del año anterior.

Una pasta de jabón al salcocho. O esa parecía la intención de la entonces directiva del CMD: a inicios de ese año declaró su meta al convocar una huelga indefinida en el Hospital Juan Pablo Pina de San Cristóbal que luego dejó sin efecto: “a partir del 23”, debido a, entre otras razones, “la actitud arrogante, prepotente, abusiva del director de dicho hospital, el doctor Roberto Lafontaine”. El CMD iría contra las autoridades de SP y del SNS. Hacia un enfrentamiento abierto.

Dos días después, el 25 de enero, los médicos residentes demandaron el pago de RD$60 millones y el 1ro de febrero los de hospitales descentralizados exigieron un aumento igual al acordado para sus otros colegas.

En otro frente y el 7 de febrero, el CMD amenazaba con marchar al Palacio Nacional. Su objeto: negociar con las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS), lo que la mediación de la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril) facilitó. El 9 de marzo el gremio advirtió que seguiría luchando por reivindicaciones. Y cumplió su amenaza. Trocó los hospitales en centros de agitación y desobediencia. Un éxito gremial que presentó su factura y costo social y de salud a los más pobres, como hoy indican los resultados: la MI acumulada en las primeras 6 semanas del 2017 (Boletín No. 6: 5 al 11 de febrero) se tornó amenazante. Diferente que la del 2016 en sólo 7.8% (283 a 261). En la octava semana, la diferencia fue menor: 5.4%. Las autoridades redoblaron el compromiso para evitar que el indicador continuara avanzando y lo hicieron con un desempeño espectacular en esa semana 8: las muertes cayeron 48.53% (35 en 2017 contra 68 en 2016) y hasta el 11 de marzo (boletín #10) la MI mantenía su tendencia a la baja, registrando 29.03% de muertes menos que en igual semana del 2016, pero con un acumulado 11.8% inferior para las 10 primeras semanas del año (2016: 515; 2017: 454).

Quizás fue la razón por la que el CMD arreció su rol obstructivo. El 19 de abril, junto a las sociedades especializadas, amenazó con paralizar las consultas a los afiliados del Régimen Contributivo, lo que también dejó sin efecto. Recurrió entonces a sus “jornadas de lucha”, con una huelga por 72 horas en los cuatro centros de salud públicos de Valverde, desde el 17 de mayo: por la conclusión de su remodelación y el “nombramiento de las enfermeras y los galenos pensionados el año pasado”. Era claro: el CMD decía a SP que no habría baja en la MI sin pensiones, aumentos e incentivos.

Desde abril se ahondó un clima de conflicto que continuó incrementando hasta diciembre. En consecuencia, el boletín #21 trajo un virtual empate entre las MI acumuladas durante las primeras 21 semanas del 2016 y 2017: 999 contra 991, respectivamente. Su diferencia fue apenas de 0.8%.

Si las condiciones (suministro, tecnología, RrHh, financieras, infraestructura) de los centros de salud públicos y privados de 2017 igualaron las del 2016, cruzar los boletines de la Digepi y los actos del CMD sugiere una incidencia causal de las huelgas médicas sobre la MI y la MM desde mediados de año, cuando el indicador cayó (+) o incrementó (-), respecto a igual semana del 2016, en: Semana #1: +56%; semana 10: +44%; semana 15: +12.77%: semana 21: +10.26% y semana 26: -12.24%.

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