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FUNDACIÓN SALESIANA DON BOSCO

Les saco el plato aparte

¿A quiénes les sacarías el plato aparte en la sociedad en que vivimos? En los libros de historia se les saca el plato aparte generalmente a quienes han hecho sufrir a los demás; eso no es justo.

Desde niño me embargaba un indescriptible sentimiento viendo a algunas personas sufrir. Sentía compasión, solidaridad y una impotencia grande al no tener solución a la situación que originaba ese sufrimiento.

El alma se me despedazaba viendo a alguien pasar hambre, habitar en lugares inhóspitos, con problemas de salud que no podían solucionar por falta de dinero. También sufría con quienes recibían maltrato físico o moral.

Por eso desde pequeño me entusiasmó la figura de Don Bosco que se compadeció de los muchachos abandonados y entregó su vida al servicio de los “tígueres” de la calle, aquellos que no tenían a nadie a quien dolerle. Para eso se inspiró en la bondad y dulzura de San Francisco de Sales.

Por sacarles el plato aparte a los muchachos abandonados, Don Bosco fue incomprendido, perseguido y tildado de loco. Siguió los pasos de Jesús para quien los pequeños y humildes son los más importantes.

Si tuviera que sacarle el plato aparte a alguien, lo haría a los limpiavidrios, a quienes venden plátanos, caña y coco en las calles; que inician su camino de madrugada, para regresar a su choza cansados, ya entrada la noche.

Les sacaría el plato aparte a tanta gente que vive con dignidad en los “semilleros”, patios y cuarterías, cuya resistencia a las penurias es digna de encomio. Allí llueve adentro y escampa afuera, no por pequeñas filtraciones, sino porque no tienen un techo que merezca ese nombre.

Sacaría el plato aparte a quienes se aventuran a buscar una mejor vida, “dreamers” de nacionalidad variada, que hacen igual que los antepasados de quienes hoy quieren troncharles la esperanza.

Les sacaría el plato aparte a quienes no tienen tarjeta de crédito porque no califican, a los que no tienen seguro de salud y mendigan atención en los hospitales. Les sacaría el plato aparte a los bobos y locos; tanto he aprendido de ellos.

En fin, les sacaría el plato aparte a los que sufren, no a los que hacen sufrir, alimentando sistemas de injusticia y desigualdad.

Le sacaría el plato aparte a la juventud que sueña, no a la que se acopla a la mañosería de este mundo y se le asocia.

Le sacaría el plato aparte a Don Bosco, también él un “dreamer” que puso el dedo sobre la llaga, no mediante protestas estériles, manipuladoras de la opinión pública, sino trabajando en forma concreta y tenaz para hacer de los jóvenes buenos cristianos y honrados ciudadanos.

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