El PRM en buen camino

Ser joven no es garantía de fracaso, como ser viejo no lo es de éxito, y también viceversa. El joven tiene ímpetu, el mayor tiene experiencia. Aunque los años son un dato a tomar en cuenta, ellos no definen el comportamiento, la ética, la eficiencia ni la capacidad de cada quien. Ni la juventud ni el sexo (género) son un bien en sí mismo, ni garantía de nada, ya dije. Sin embargo, que en un partido tan importante como el PRM, miembro de alcurnia y abolengo de la partidocracia reinante, sus dos líderes hayan apostado a la juventud a la hora de elegir la nueva dirección de la organización, y sin afectar el procedimiento democrático que una convención impone, es una buena, una excelente noticia. Como don Aris, uno quiere mucho a Platón, pero más a la verdad.

BALAGUER Y LOS JÓVENES Claro, aquí hay que matizar lo de joven. La impronta balaguerista; o sea, ese haber visto uno a un Joaquín Balaguer luchando por la Presidencia a los 94 años de edad, ha marcado negativa y generacionalmente a la política dominicana, al punto de que uno todavía llama Orlandito, al Dr. Orlando Jorge Mera, como le cuesta hablar de Guido (el doctor Guido Gómez Mazara) sin dejar de pensar que estamos ante el hijito de El Moreno, para no hablar de la sobrina Faride, que no es otra que la Dra. Raful Soriano, que tiene la misma edad que tenía el presidente Felipe González cuando asumió el poder en las Españas. Tanto Orlando como Guido son señores mayores con vocación de abuelos, que superan ya el medio siglo. Carolina Gómez ya pasa de los 40, (con perdón, fue inevitable), hace 18 años era miembro de la Junta Monetaria del Banco Central, y desde el 1986, hace 32 años, andaba asistiendo al padre en sus lides políticas, mientras Paliza, el MA. José Ignacio, viene de ser diputado hace cinco, y ahora es el senador de su provincia. O sea, que tampoco son tan jóvenes esos señores de licenciatura, maestría y tres muchachos. Hasta en el tema de las edades dañó Balaguer a este país. En el PLD hay viceministros de 65 años que todavía son “diamantes en bruto”, esperanzas moradas de algún día llegar al gabinete, y los jóvenes de su Comité Político lo son porque no llegan a los 60. (¡Ve qué vaina!)

SIN LAS HECES DE LAS MIELES Ni José Ignacio Paliza ni Carolina Mejía y Gómez son palabra de Dios, besos de la Magdalena ni garantía de excelencia en sí mismos; pero lo que sí son los muy señores, es una feliz esperanza de que cosas buenas pueden ocurrir en el PRM, a partir de las expectativas y simpatías que ambos pueden generar con sus visiones nuevas, con estos nuevos bríos, y sobre todo el impoluto historial ético y moral de ambos, a quienes no tocaron las heces que del poder salpican cuando se disfruta de sus mieles. Que un partido opositor pueda presentar una dirección sin fortuna sospechosa, superada desde la cuna la maldición del “antes y el después” del paso por el poder, y la bendita “auditoría visual” que tanto cito aquí, es una buena nueva para la democracia dominicana, y hasta para un PLD que, ahíto de ganar siempre, cargando a cuestas el precio de vencer al costo de olvidar, necesita urgentemente una oposición que le obligue a la reflexión y la renovación, y los despierte del letargo que provoca sentirse, desde hace años, la última Coca Cola del desierto... y fría. Con su permiso.