Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

EN LA RUTA

Apoyo total

El alcalde de la ciudad de Santiago, Abel Martínez Durán, interpreta el sentir popular cuando reclama poner freno a la presencia de extranjeros indocumentados en el país, fundamentalmente haitianos. Indica que en su municipio los ilegales violan las leyes edilicias, arrabalizan e invaden los espacios públicos. En su llamado, y que no es nuevo, a más acción de parte de las autoridades, el funcionario pide salvar al país de lo que define como una continua invasión de haitianos que en ocasiones depredan nuestros bosques y delinquen mientras consumen sin pagar impuestos nuestro presupuesto de salud y servicios. Las palabras de Martínez, quien también fue presidente de la Cámara de Diputados, radiografían una triste y peligrosa realidad donde se entrelazan factores que van desde la porosidad topográfica de nuestra franja fronteriza, hasta la corrupción, y la permisividad histórica que han caracterizado el tema. Tomando en cuenta que en las últimas dos semanas la Dirección General de Migración reportó la deportación de casi mil indocumentados por día, es obvio que tanto esa como las demás agencias interactuantes están haciendo un esfuerzo para enfrentar el problema; el asunto es que el mismo resulta insuficiente porque siguen entrando más que los que sacan.

Por tanto urge incorporar nuevas iniciativas, técnicas y recursos que hagan más eficaces los resultados. Acciones que empiecen por aumentar el programa de deportaciones, el cual, respetando los derechos humanos y el protocolo para esos fines, sea inflexible contra todo aquel que no tenga papeles, así como sancionar a quienes violen la Ley 285-04 contratando mano de obra ilegal. El problema es delicado y complejo ya que a los factores internos, como el gran negocio que para militares y civiles significa permitir el trasiego, se le suma también la presión internacional de sectores interesados en desconocer nuestro derecho a imponer orden en materia migratoria y que están atentos a desdibujar las cosas y crearnos ruidos geopolíticos que repercuten negativamente y todos los gobiernos tácticamente tratan de evitar. Así las cosas, el gobierno necesita de la presión ciudadana para poder ejecutar contra viento y marea esas decisiones de tanta importancia ciudadana y nacionalista a las que valientemente hace referencia el alcalde santiaguero.

Tags relacionados