Los mensajes

Hablemos de Jesús. El hombre -solo con nombre divino, pero terrenal y mortal como todos los humanos- dio muestras sobradas de una gran capacidad de convocatoria.

Y no era para menos esperar, en función de sus prendas como persona y como profesional acreditado de la medina, que hasta cierto modo ha ido relegando al ser atrapado por la política partidaria. En esta última (que tiene sus trampas y que, por lo mismo, convierte muchas veces en víctima a gente buena, que va a ella solo con la intención de servir y de aportar) ha querido hacer carrera. Y ahora, contando con un apoyo, aprecio y respeto, diseminados por los más diversos estratos de la sociedad dominicana, el doctor Jesús Feris Iglesias -la figura de quien hablamos- quiere ser presidente del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en el torneo interno del próximo 18 de febrero. A juzgar por la cantidad y la calidad de la gente que asistió el pasado domingo al acto de presentación formal de su candidatura, el reputado médico parece que corre por el carril de adentro para dar la pelea y resultar exitoso. En política, como bien saben los especialistas o expertos en la materia, valen mucho los mensajes que se envían (algunos descifrables a simple vista y otros a leerse en entrelíneas) y los golpes de efecto que puedan darse. En el acto del doctor Jesús Feris pudieron darse ambas situaciones, a partir de los viejos robles que fueron a ofrecerle su respaldo, como los casos específicos de la exvicepresidente de la República Milagros Ortiz Bosch, el doctor Hugo Tolentino Dipp, Rafael (Fafa) Taveras, Tirso Mejía e Ivelisse Prats de Pérez, entre otros, así como la presencia de Sergio Grullón, cuñado del expresidente Hipólito Mejía. En un “Sondeo” que hiciera con nosotros hace unos días en los canales 22 y 52 de Tele- impacto, preguntamos fuera de cámara al doctor Feris, de cuya cuadra política se entiende proviene el aspirante a presidir el PRM, si Hipólito respaldaba sus aspiraciones, y nos respondió que sí, pero que en privado, que públicamente no lo haría. Y claro, así son los políticosÖ y así es Hipólito, que en un momento a varias personas le ofreció el mismo cargo, hasta de secretario de las Fuerzas Armadas, y al final un solo era el agraciado (¿). ¡Hay más!