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El dedo en el gatillo

El gran Pedro Infante

Muchos lo limitan al canto. Es cierto que su voz, reinaba en tiempo donde los “reyes” del canto se hacían sentir. Pero algunos olvidan que, además, Pedro Infante fue un gran actor que llegó a Hollywood y marcó una época gloriosa para el cine mexicano.

Este mexicano ejemplar inició su carrera de actor en vinculado a la actividad musical que comenzaba ya a hacerle famoso: fue contratado para reforzar, en la película La feria de las flores(1943)..

Su interpretación de papeles en los que encarnaba varoniles y mujeriegos personajes de charro (hombre del campo, muy diestro en el manejo del caballo, que viste un traje especial compuesto de pantalones ajustados y chaquetilla, acompañado del característico sombrero ancho, de copa puntiaguda), así como su ejemplar personificación de las gentes humildes, siempre sencillas pero llenas de valor y a la vez que sentimentales y nobles, le valieron la aceptación del gran público, que lo convirtió en el símbolo por antonomasia de la mexicanidad.

La biografía de Pedro Infante puede resumirse a partir de entonces en una serie ininterrumpida de películas como protagonista absoluto, cintas puestas al servicio de sus dotes musicales. Vale la pena mencionar, Cuando lloran los valientes (1945), cuyo título parece un resumen de su personaje arquetípico; Soy charro de Rancho Grande y Nosotros los pobres, ambas estrenadas en 1947, y en las que Infante renueva su interpretación del emblemático personaje mexicano; Los tres huastecos y Ustedes los ricos, ambas de 1948; y El gavilán pollero (1950).

En 1951 trabajó en A toda máquina, Ahí viene Martín Corona y El enamorado, así como en cintas posteriores: Dos tipos de cuidado y Pepe el Toro; dos películas más: Escuela de vagabundos y El mil amores, y muchas más.

En 1956, obtuvo el Premio Ariel a la mejor actuación masculina por el drama (uno de los pocos que interpretó en su fugaz pero intensa carrera) La vida no vale nada. Tras su muerte, fue distinguida su participación en Tizoc con el Oso de Plata del Festival de Berlín (1957) y el Globo de Oro de Hollywood (1958).

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