Seamos prudentes y actuemos con cautela

Como ya es costumbre en sus gobiernos, el presidente Danilo Medina dispuso que el doble sueldo fuera pagado desde los primeros días del presente mes, para que los empleados públicos pudieran planificar sus gastos con base a los recursos económicos disponibles.

Viéndolo desde esa perspectiva, se trata de una idea fenomenal, ya que de este modo la gente sabe cómo distribuirá los ingresos salariales que recibe en diciembre, y a su vez se va liberando de deudas contraídas durante el año. El pago de miles de millones de pesos por concepto del también llamado sueldo número 13 en el sector público coincide con la regalía pascual que hacen las empresas privadas a sus empleados, lo que aumenta el dinamismo económico que se genera durante esta época festiva.

Por esta razón, el Gobierno dispuso también con tiempo prudente de antelación que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional asumieran la seguridad púbica como una de sus principales responsabilidades, en aras de garantizar que los diez millones de dominicanos que habitamos esta nación tengamos unas navidades libres de tragedias y situaciones que lamentar.

Cientos de miles de personas salen a las calles por diversos motivos en esta fecha, especialmente hacia los diversos establecimientos comerciales, a gastar en compras parte del dinero recibido en sus puestos de trabajo.

Ambas medidas merecen el justo reconocimiento de toda la población, dado que el principal objetivo de un presidente es convertirse en aliado del bienestar de sus gobernados.

Sin embargo, cada ciudadano debe estar aún mucho más pendiente de su propia seguridad y la de sus seres queridos más cercanos. La delincuencia nunca duerme, y en estos días menos.

Los que escogieron como forma de vida sustentar sus gastos, gustos y placeres con base al esfuerzo de los demás, robando, atracando y matando sin piedad, saben bastante bien que hasta pasado el Día de los Santos Reyes, en enero, en la calle habrá un movimiento inusual de dinero. Esto debe ponernos a todos en alerta permanente, porque el presidente Medina es el primero en saber que la inseguridad es un enemigo que no se rinde ni con los métodos intimidatorios de los que dispone el Estado.

La prevención será siempre nuestra mejor aliada para evitar lamentos por sucesos fatídicos con efectos irreversibles.

La Navidad es un tiempo para renovar nuestra fe en Dios, entonces hagamos posible este reencuentro espiritual, actuando con prudencia, sabiduría y discernimiento.