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Salud, virtudes y las iglesias

Uno de los temas en los que las iglesias dominicanas, lideradas por la católica, han impuesto una huella de solidaridad social y de compasión humana, es en la salud.

El cuidado de enfermos, llevar aliento a los desesperados y familiares a la hora de padecimientos, eventos de salud importantes y pérdidas, realizar cadenas de oraciones por la recuperación de la salud de su feligresía o familiares de sus feligreses son apenas los signos evidentes y cotidianos de un hacer preocupado por aliviar el dolor y hacer prácticas las virtudes teologales llevando aliento de fe, esperanza y caridad.

Para las iglesias —en especial la católica—, estas virtudes emanan de Dios, quien es su motivo y objeto inmediato. Su puesta en práctica es imperativo moral de los cristianos, la base y estímulo de esa moralidad.

Sin ellas, no hay presencia del Espíritu en las personas ni en las instituciones.

De aquí que un trabajo inspirado por la fe y la certeza de la esperanza, realizado a favor de los demás (caridad) adquiera importancia porque, además, defi ne el punto en que las políticas públicas y las acciones eclesiales encuentran un sendero ampuloso por el cual avanzar juntas.

Anteayer, la ministra de salud y el Monseñor Ozoria Acosta, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, sostuvieron un encuentro en las ofi cinas del Arzobispado.

El ministerio de salud informó que juntos “pasaron balance a importantes temas de salud colectiva y de mejora en el acceso de la población a los servicios con la colaboración y coordinación entre ambas instituciones”.

Dada la amplia expansión territorial de las iglesias y el número de su feligresía, ellas constituyen un importante sector para el logro de los objetivos de las políticas públicas, especialmente en la salud.

Aunque en las visiones de las ciencias que nutren la práctica médica y defi nen el método y comportamiento de las políticas públicas, por un lado, y las doctrinas de la fe, por la otra, existan marcadas diferencias, es, precisamente, bajo el prisma y el ejercicio de las virtudes teologales que pueden ser superadas y revelar sus grandes puntos de coincidencia.

Allí donde la diferencia coloca un valladar, es la caridad la que vendrá a desbrozar el camino.

En este año 2017 el ministerio de salud tiene logros en su re organización institucional y en el control epidémico. También en luchar porque cedan y en lograr que cedan algo indicadores de salud que históricamente han manifestado una robusta resistencia.

Durante el año 2017 han devenido prácticas, funcionales y activas decenas de instituciones alojadas bajo el techo ministerial que en el pasado estuvieron poco activas o apenas vigentes dando por resultado la permanencia de una situación nacional de salud que en manos de la Doctora Guzmán Marcelino ha empezado mejorar francamente, estabilizando indicadores y haciendo caer otros.

Junto a sus logros, salud pública también se enfrenta a retos y tareas urgentes. La mejora de la salud colectiva, como aspecto de vital importancia para el alcance de una mejor calidad de vida. contiene aspectos en los que el país debe mejorar y la ministra, quien tiene bajo radiografía estadística el territorio es quien mejor lo sabe.

Unas iglesias con participación activa en las unidades de atención primaria a través de una importante red de prestadores de servicios de salud es un gran aliado de las políticas públicas.

Un ministerio de salud que se estructura por garantizar la rectoría de un sistema que tiende hacia mejores estándares, resultados y calidad en la salud, a favor de todos, es una entidad de importancia para el anclaje de las acciones a través de las cuales los religiosos ejercen sus virtudes.

Sin embargo, la venta de preservativos en las farmacias del pueblo dispuesta por la ministra como instrumento de una política pública que busca contrarrestar la propagación de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) y la alta tasa que registran los embarazos adolescentes constituyen el telón de fondo de un encuentro del que la sociedad dominicana puede esperar importantes resultados prácticos.

El tema de la distribución de condones en los países pobres ha estado en la palestra desde que el papa Francisco afi rmó en una entrevista publicada por el L’Osservatore Romano en el 2015 que no consideraba el uso de preservativos fuera “una solución real o moral, pero, en este u otro caso, puede haber, sin embargo, la intención de reducir el riesgo de infección, como un primer paso hacia una forma distinta y más humana de vivir la sexualidad”.

Según www.catholic.net, la pregunta del periodista y respuesta del Papa, excluida de lo publicado por el Observatore Romano fue así: “Seewald: ¿Quiere decir, entonces, que la Iglesia Católica en realidad no se opone en principio a la utilización de los condones? “Benedicto XVI: Ella [la Iglesia], por supuesto, no lo considera como una solución real o moral, pero, en este u otro caso, puede haber, sin embargo, la intención de reducir el riesgo de infección, como un primer paso hacia una forma distinta y más humana de vivir la sexualidad”.

Es de gran importancia que nuestro Obispo Ozoria recibiera en la sede de nuestro episcopado a la ministra de salud después de que esta dispusiera la venta pública de preservativos en las farmacias del pueblo.

Se espera que las puertas de una gran colaboración a favor de la salud de todos permanezcan abiertas.

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