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ORLANDO DICE

A Temo que deje el mambo

DIJERON QUE NO.- La semana pasada los peledeístas dejaron establecido que no les interesa solución ni salida al impasse, sino que prefieren que la dialéctica cumpla su designio fatídico. Salomón cambió el fallo, y en vez de partir en dos el niño, decidió dárselo a una tercera mamá. Pero todos dijeron que no, que se mantuviera la disputa y se reconociera derecho a la madre real y a la ficticia. Lo de sabio se quedó en el tintero. En la televisión en una época era Con Cuquín, pero en el PLD de hoy es con Danilo Medina y Leonel Fernández. Ambos a la vez. A Temístocles Montás que deje su combo, que él no es músico y que toca un aguinaldo difícil de bailar. Lo bueno del caso es que el partido morado tiene muchos terceros, y si no figuran con altos niveles de aceptación, es porque la vigencia de los dos líderes ahoga sus posibilidades. Esa situación con una o dos encuestas se pone a punto. Y sin ir muy lejos. En el propio gobierno aparece gente que por razones diversas tiene buena imagen, y esa buena imagen pudiera aprovecharse para superar la prueba de los dos gallos en el gallinero. Con las gallinas no debe contarse, pues ya se vio la reacción. La granja no tiene dominio de sí...

CON BOSCH NO.- La actual situación de dos gallos en el gallinero fue obra de circunstancias, pero igual del ánimo sumiso de los peledeístas. En tiempos de Juan Bosch era impensable. “Tonito, ahí está la puerta...”. “Rafelito, tírate por la ventana...”. Y así fue con toda la disidencia: O se iba por propia voluntad o la echaban de manera vergonzosa. Vicente Bengoa y su grupo se fueron, y se fueron con poder, pues ocupaban posiciones en la Cámara de Diputados. El caso de Los Fiallo ni siquiera hizo historia. Bosch era un dios griego y las desgracias se pagaban con cuotas de dolor y abandono. Lo de ahora ocurre porque se creyó posible lo que uno de los interesados llama cohabitación, tomando el término de la política francesa en que gobierno y oposición han ido de la mano sin que uno pellizcara a la otra. Muchas veces hablé de la necesidad de matar al padre, una imagen que alude a que padre e hijo no pueden ocupar por igual y al mismo tiempo la preeminencia. Sin embargo, entre Medina y Fernández se dio una suerte admirable de conflicto diluido que con dar vuelta a la mesa quedaba disimulado. Todo era perfecto hasta que llegó la hora de las definiciones, en que hubo que tomar partido dentro del partido. La lealtad hubo de medirse por Metro...

COMPARTIENDO NO.- La reacción fue igual de parte de los dos grupos, y se tiene la impresión de que no entendieron la propuesta. No se habla de quitar o rebajar o desconocer sus rangos, ni despojarlos de sus ejércitos. Solo que cedan el espacio a la posibilidad de resolver con un tercero el actual impasse. Si no existe competencia entre ellos, las primarias dejan de ser problema, o daría igual que sean abiertas o cerradas. Las primarias o las modalidades de abiertas o cerradas no son más que una mampara para disimular lo principal. La lucha de poder, que aparentemente se da adentro, pero cuyo escenario es mayor. No solo actúan fuerzas del PLD, o los seguidores de Leonel Fernández y Danilo Medina, sino que involucra a otros sectores. Como todo en política, unos tienen a su favor lo que se ve y los otros lo que no se ve. Aunque aparentemente sea el caso, la verdad es que el país va más allá del PLD. O no solo le pertenece. Dije sin tener elementos a mano que el presidente Medina podría consentir en la fórmula, pero que no podría decirse de Fernández. No hay mediación, tal vez no la habría, pero instancias importantes estudian la viabilidad de esa salida, pensando en las consecuencias de carácter institucional de un conflicto que se alargue...

INTERESANTE, EXTRAóO.- Ese incluso es un aspecto interesante. Se acusa al PLD de involucrar al Estado en sus conflictos, y no podría ser de otro modo, puesto que siendo el partido de gobierno, respira poder por todos los poros. Sin embargo, y resulta extraño. Las demás fuerzas políticas, que antes se sentían fascinadas y alentadas por las diferencias entre Leonel Fernández y Danilo Medina, ahora se muestran preocupadas. Las preocupaciones que no tiene Reinaldo Pared, si se conocen de parte de sectores de oposición. E incluso de sociedad civil. Y hasta de los llamados poderes fácticos. El mundo no hay quien lo entienda. Los potenciales beneficiarios de la división del PLD no quisieran que eso ocurriera, sin que sean claras las razones. No lo dicen en público, frente a cámaras o micrófonos, pero lo comentan en la intimidad. Y en ocasiones parecen saber más que los propios peledeístas y hablan con una suficiencia que se hace sospechosa respecto a lo que hará Medina o Fernández. Y ese ánimo lo llevan a situación extrema. Inclinan simpatía a uno y otro, como si se asociaran a determinado resultado. Milagros Ortiz llamó la atención a Eddy Olivares, el vocero de Hipólito Mejía, por defender públicamente las primarias abiertas, que no aprueba el PRM. Miren por dónde va la cosa..

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