¿Para qué el teleférico?

Entiendo la euforia de los residentes en los barrios que se beneficiarán de la entrada en funcionamiento del Teleférico como sistema de transporte. También es comprensible la satisfacción que muestran ingenieros, técnicos y funcionarios por la terminación de esta obra. Lo que me llama la atención es que, al anunciar su levantamiento, se dijo que sería para complementar la segunda línea del Metro. Que el Teleférico alimentaría a este e incluso se utilizarían tiques que serían transferidos. Todos aplaudimos. Creo que el Metro y el Teleférico son los dos mejores esfuerzos hechos por el gobierno dominicano para enfrentar el deficitario servicio de transporte de pasajeros en la ciudad de Santo Domingo. Es un esfuerzo en el que la corrupción en la compra de autobuses o carros no está presente como en tantos proyectos puestos en marcha anteriormente.

Todos fracasados y usados para que dos o tres sindicalistas del transporte, en cada gobierno, aumentaran sus fortunas y sus “rutas”. Lo que no logro asimilar es el por qué, siendo el Teleférico una obra complementaria del Metro, se haya tomado como principal, dejando de lado la obra básica ¿De qué sirve tener listo el Teleférico si sus usuarios no tendrían disponible la segunda línea del metro? Bien, aplaudimos que se concluya.

Ahora, es urgente que el gobierno retome los trabajos de la segunda línea del más moderno sistema de transporte del país,para que la inversión en ese sistema no comience a deteriorarse sin el uso para el que ha sido construido. En vez de seguir retrasando la terminación de la línea dos, ya inaugurada por el presidente, lo que deben hacer las autoridades es buscar recursos y llevar el Metro hasta Los Alcarrizos, San Luis y el Aeropuerto. Esa sería una decisión que aplaudiremos todos y dará solución definitiva a este grave mal que por años hemos padecido. El país tiene dos problemas puntuales que resolver: el transporte y la energía. Ambos están bastante bien encaminados.

Uno con el funcionamiento del Metro y el otro cuando se apriete el botón que deje en función el próximo año a Punta Catalina, para dejar atrás todos estos años de oscuridad. Falta que el Partido de la Liberación Dominicana, como un solo cuerpo, asimile que estas son soluciones que se llevaría la agrupación como gloria y no individualizarlo con un presidente o un funcionario. Ese debería ser el compromiso de un partido gobernante que, en vez de los conflictos internos por intereses particulares, debería trabajar por mantener la unidad y así garantizar el país soluciones adecuadas a problemas de salud, educación, vivienda y producción. El país se lo agradecerá.